Bogotá, 28 de agosto de 2018. (@justributaria)
La Red por la Justicia Tributaria en Colombia elaboró un estudio que revela por qué los beneficios tributarios que existen actualmente en Colombia no están aportando al desarrollo económico del país, ni fomentando una mayor inversión extranjera. Actualmente, somos uno de los países de la región más afectados en el recaudo, por el exceso de beneficios tributarios.
El documento expone que para medir la efectividad de los beneficios tributarios a las empresas se debe observar la relación del costo fiscal con el PIB sectorial, dado que la existencia de estos incentivos debería estar relacionada con un objetivo social, económico o ambiental particular. Esto a través de un test de causalidad de Granger en el que se evalúa la relación que existe entre los crecimientos anteriores de una variable (costo fiscal) y el crecimiento presente de otra variable (crecimiento económico).
Si no hay causalidad en el sector, se puede decir que no es el crecimiento de los beneficios tributarios de los periodos anteriores en el sector, lo que genera el aumento de su respectivo PIB. En el caso de sectores como el minero, construcción y comercio el estudio demostró que los beneficios tributarios en esos sectores no han generado un crecimiento económico en los mismos.
Así mismo, estos incentivos no son un factor determinante a la hora de tomar la decisión de invertir desde el extranjero, contradiciendo el argumento de los últimos gobiernos de que hay que buscar el fomento de la inversión extranjera a través de beneficios tributarios. Por otro lado, solo en los sectores de manufactura, electricidad, gas y agua, y servicios financieros, si hay una relación entre el beneficio tributario y el crecimiento actual del PIB sectorial.
Es por esto que el estudio concluye que la revisión de los beneficios tributarios en Colombia tiene que pasar por una revisión minuciosa en la cual se evalúen sus propósitos concretos. Una tarea que ni la DIAN, ni el Ministerio de Hacienda han querido hacer, a pesar de los recursos que representan hoy, cerca de $14 billones, al menos dos reformas tributarias.
Sectores como el minero, un endémico generador de empleo, pero con alto crecimiento económico durante los años de bonanza, muestra que es el comportamiento de los precios internacionales de materias primas las que determinan sus decisiones de inversión, no los beneficios tributarios, como la deducción de las regalías en el impuesto de renta, incentivo que ‘tumbó’ el Consejo de Estado a finales de 2017.
De esta forma, otorgar nuevos beneficios debe dejar de ser un hecho político, estos cambios deben estar argumentados técnicamente, así como establecer una temporalidad para su vigencia, con el fin de observar si cumple un propósito, o no pasa de socavar las arcas del Estado.
Documento completo:
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