Apunte Económico N°3
30 octubre 2015
Con la parálisis de Termocandelaria y Termovalle se demuestra que el sector privado busca únicamente altas ganancias.
El pasado 18 de octubre, dos de las 11 termoeléctricas existentes en Colombia, Termovalle y Termocandelaria (centrales con capital privado), dejaron de operar por su supuesta inviabilidad financiera para generar energía, “a pesar de que en los últimos cinco años, las centrales que generan energía con líquidos recibieron 600 millones de dólares a través del cargo por confiabilidad”, así lo aseguró Maria Luisa Chiappe, presidenta de Asoenergía en una entrevista a El Tiempo el pasado 26 de octubre.
Esta situación, producto del Fenómeno del Niño y la escases de gas, contradice los argumento de Ángela Montoya, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (ACOLGEN), quien en una entrevista a la Revista Dinero el 30 de julio de este año aseguraba que “a pesar de que Colombia es un país con una alta dependencia hidroeléctrica tiene niveles de confiabilidad energética del 99,9% es decir, que gracias a la canasta mixta de producción energética, cuando los niveles de los embalses o de lluvia son críticos,es prácticamente imposible que se produzcan apagones o racionamientos”.
Ahora, el Ministro de Minas y Energía aseguró que los precios de la energía en Colombia aumentarán cerca de 1,75% a partir de diciembre, argumentando que esto se debe a la escases de agua en las centrales eléctricas. Serán considerables los golpes a los estratos bajos y medios, así como al sector industrial, que tienen que pagar los errores del sector privado, que presionan las alzas, ante sus malos resultados, con un posible apagón al mejor estilo de la década de 1990.
Tres empresas públicas se hacen importantes en esta situación: ISAGÉN, ISA y EPM, empresas que se han caracterizado por su buen desempeño operativo y administrativo, generando importantes dividendos a los colombianos. En el caso de ISAGÉN, con su Termoeléctrica Termocentro, cuenta con una capacidad instalada de 300 megavatios, además de ser ejemplo en el país por utilizar combustible muy limpio como el gas natural e incrementar la eficiencia energética de la planta y ahorro de combustibles, gracias a la utilización de los gases a alta temperatura para generar electricidad adicional en el ciclo de vapor, logrando ahorro en el uso del gas y combustibles líquidos como el ACPM, este proceso incrementa la eficiencia de la planta en un 50%, al no requerirse combustible adicional para generar 100 megavatios. ISA, es la encargada de la transmisión de energía desde Termocentro, y hasta el momento estas empresas públicas, no han tenido problemas, y mucho menos amenazan con parar la operación poniendo en riesgo al país. Por último está EPM, el segundo mayor generador de energía en Colombia durante 2014, con el 21,2% del total de generación.
Además ISAGÉN cuenta con uno de los proyectos más ambiciosos en camino hacia una mayor eficiencia energética, con el proyecto eólico en La Guajira y sus dos proyectos geotérmicos ubicados en el Macizo Volcánico del Ruíz y en conjunto con Ecuador, el proyecto geotérmico Tulfiño – Chiles – Cerro Negro.
Esta situación habla de la necesidad de que el país recupere su soberanía energética. Lo que está sucediendo con Termocandelaria y Termovalle es la respuesta a lo que no se debe hacer con empresas como ISAGÉN, porque es evidente el alto riesgo a que se expone el país cuando la empresa privada no es capaz de proveer energía, clave para el desarrollo de la nación.
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