Santiago Mutis y colaboradores
Los grandes artistas no son imitadores, copistas de la obra de dios, de la realidad, del mundo: son sus rivales.
Como dice Malraux de Rembrandt, “figurar no es idealizar ni dar expresión: es dar un alma”.
La pintura arranca la practicidad del objeto y lo transubstancia en ser estético.
La pintura no nos habla de lo real, nos suscita lo posible provocando la transformación de lo real o enseñándonos otra realidad de lo real, pero sobre todo, acentuando el cuadro como realidad pictórica que nos enseña una posibilidad real.
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