Vanessa Pérez Díaz, vperez@larepublica.com.co / La Republica Miércoles , Julio 2, 2014
En medio del crecimiento económico de Colombia resulta paradójico que en los últimos tres años al menos seis empresas, especialmente multinacionales, hayan cerrado las puertas de sus fábricas por un problema en común: no pudieron ser competitivas con las condiciones que le ofrecía el escenario nacional.
Entre 2011 y 2014 marcas de renombre internacional como Kraft, Mazda, Michelin, Bayer, Monómeros y más recientemente British American Tobacco (BAT), optaron por decirle adiós a sus activos locales para meterse de lleno en las importaciones, un modelo al que le va mejor con los tratados de libre comercio que se han firmado y las políticas de apertura.
Para Saúl Pineda, director del Cepec (Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas) de la Universidad del Rosario, el problema no son los tratados de libre comercio en sí, sino el entorno en los que se desarrollan dichos acuerdos internacionales. En Colombia, por ejemplo, según el economista, hay una realidad que está sitiando a los productores locales y es el contrabando.
“No hay que desestimar uno de los flagelos más destructivos de la competencia y ese es el contrabando. Esta competencia desleal, que mata a muchos empresarios honestos poniendo precios inadmisibles frente a una serie de costos manufactureros, está obligando al empresario a bajar las puertas de sus plantas. Esto no solo pasa en el negocio de los cigarrillos, sino también en textiles, calzado y hasta en autopartes”, dijo Pineda.
Precisamente uno de los representantes de este último sector, Tulio Zuloaga, presidente de Asopartes, comentó que una de las solicitudes que le han hecho al Gobierno para evitar que se repitan situaciones como la de Icollantas es el control del contrabando.
“No estamos en contra de los TLC. Lo que hemos manifestado a raíz de la aprobación de estos acuerdos, es que no podemos hacer inversiones si está entrando producto terminado por la vía del contrabando, lo que significa que hay partes que se están vendiendo listas y sin pagar impuestos”, comentó Zuloaga.
José Manuel Restrepo, rector del Cesa, enfatizó que el problema de competitividad de la industria colombiana es estructural. “El cierre de estas plantas es la confirmación de la caída de la actividad industrial según el Dane. Porque es cierto que en marzo creció, pero por el efecto previo de la Semana Santa. Si se quitan eventos como estos, lo que se observa es que no somos tan competitivos como creemos y eso pasa por varias razones: porque tenemos costos en energía y transporte que son hasta tres veces más altos que el promedio en la región, porque viene creciendo el contrabando y porque los costos laborales son altos”, dijo el experto.
En el tema de tarifas y costos, Zuloaga agregó que los autopartistas han insistido en exigirle al Gobierno una reducción de 50% en la tasa de renta, un 50% en IVA y otro 50% en las tarifas de energía para ser más competitivos.
Otros factores
Rodrigo Tejada, máster en Economía de la Universidad de Los Andes, aseguró que hay otros motivadores, pocos mencionados, pero que también pesan a la hora de decidir si se cierra o no una planta. Uno de los aspectos que está deteriorando las condiciones que favorecen la competitividad es la ausencia infraestructura.
“Es clara la presión adicional que genera en las empresas, particularmente las que aprovecharon los TLC para importar maquinaria y materias primas a precios más favorables, pues lo que se ahorran importando, lo deben gastar en fletes y costos de transporte por carretera desde los puertos hasta sus plantas. Muchas multinacionales llegan a la conclusión de que si centralizan su producción en otros países donde ya operan y no deben asumir estos costos, su operación resulta más eficiente”, explicó Tejada.
Del lado oficial el panorama no es tan negativo. Camilo Montes, el gerente del Programa de Transformación Productiva (PTP), explicó que este comportamiento de cierre de empresas es normal en una dinámica de negocios. “Vemos un balance positivo. Mientras en los últimos dos años, en los sectores PTP, se abrieron 8.500 empresas, se cerraron 1.150 en promedio”, concluyó.
Subió 8% el número de sociedades canceladas en 2013
Aunque no todas las sociedades mercantiles registradas en Colombia tienen una planta de producción, uno de los indicadores que también refleja en buena medida el aumento o la disminución empresarial de un país es la creación o cancelación de empresas. Según Confecámaras, en 2013 se cancelaron 89.025 matrículas mercantiles (10.983 como sociedades y 78.042 como personas naturales), lo que representó un alza de 8% frente a las 82.338 registradas en 2012 y es además un gran salto frente a la caída de 1,09% en la creación de empresas. Entre enero y junio de 2014, la cancelación de matrículas ya superó la mitad de lo obtenido el año pasado, con 51.654 cierres.
http://www.larepublica.co/british-american-tobacco-se-unió-al-club-de-compañías-que-cerraron-planta_140081