Celina y Reutilio: el nombre de esta pareja –nombre tan sonoro como un son montuno– terminó pronunciándose con musical respeto y entrañable afecto en todos los caneyes, en todos los patios, en todos los barrios de las Américas donde se dan cita los hombres y mujeres de cualquier condición para celebrar el ritual jubiloso del baile. Antes, Celina y Reutilio esposo. Luego, Celina y Reutilio hijo. Siempre, la voz hecha de bronce de Celina convocando a los espíritus de la música campesina y de la danza primordial para conjurar la fatiga o el enfado y, sobre todo, para despertar el coro solidario, el vínculo del compadrazgo, el advenimiento del amor y la querencia por la patria, en cada ciudad y país del mundo a donde ha llegado la voz y el ritmo de Celina y Reutilio. Este artículo sobre la vida y la obra de Celina González está basado en una entrevista realizada con la notable artista cubana por Raúl Fernández, profesor de la Universidad de California en Irvine, bajo los auspicios de la UNEAC – Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba– y el Smithsonian Institution, los días 29 y 30 de diciembre de l998 en La Habana.
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