Por matemáticas, lectura y ciencias, se perdió el año.Los resultados de las pruebas Pisa ubicaron a Colombia en la posición 62 de un total de 65 países.
El país se rajó. Esa es la conclusión a la que se llega una vez se analizan los resultados de las pruebas Pisa que evalúan, en 65 países del mundo, las competencias de estudiantes de 15 años en las áreas de lectura, ciencia y matemáticas.
Esta evaluación realizada cada tres años -desde 2000- por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), no se concentra únicamente en lo aprendido en el colegio, sino en la capacidad de los estudiantes para aplicar los conocimientos a tareas y retos cotidianos.
Además de los resultados en matemáticas para Colombia, en lectura el panorama no es muy distinto.
En esta última área Colombia se ubicó en el puesto número 57, por debajo de países como Turquía (puesto 42), Chile (puesto 48), México (puesto 52), Uruguay (puesto 54) y Brasil (puesto 55).
De acuerdo con el Consejo Privado de Competitividad, las Pisa revelan que el 51,4 por ciento de los estudiantes no logró el umbral mínimo establecido por la Ocde para considerar que un niño es capaz de utilizar la lectura como medio para acceder al conocimiento y participar activamente en la sociedad.
«En la medida en que no tengamos personas que adopten la lectura como un medio para acceder al conocimiento, no podemos dar ese salto cualitativo que queremos. En 2009, cuando el énfasis de las pruebas Pisa era en lectura, se demostró que la mitad de los colombianos evaluados no tenía esas competencias. En 2009 se decía que el país iba mejorando, así que esperábamos encontrar un salto positivo en las evaluaciones y lo que estamos viendo es un retroceso», señala Daniel Gómez González, investigador asociado del Consejo Privado de Competitividad.
Una leve mejoría
Entre los años 2006 y 2012 el mejoramiento fue de 1,1 en matemáticas, 3,0 en lectura y 1,8 en ciencias, según lo indicó el Icfes.
«No se puede estar conforme con los resultados. Esta es la tercera vez que Colombia participa y se ha demostrado que no venimos en curva descendente, venimos de una historia de aumentos lentos. Desde que empezamos a participar la tendencia ha sido de crecimiento moderado, pese a la incorporación de estudiantes menos favorecidos. La prueba muestra, además, que los estudiantes colombianos que recibieron un año o más de educación preescolar obtienen mejores desempeños que aquellos que no lo hicieron», indicó Margarita Peña, directora del Icfes.
La Ocde reconoce que Colombia, desde su primera participación en Pisa, ha mejorado levemente. De acuerdo con un informe publicado por la organización para la presentación de los resultados «Colombia ha mostrado un promedio anual de mejoramiento en lectura de 3 puntos por año (de 385 puntos en 2006 a 403 puntos en 2012). Esta mejora en lectura fue jalonada por los estudiantes de más bajo logro del país: aquellos en el 10 por ciento más bajo incrementaron sus puntajes en más de 50 puntos (de 243 a 295) en seis años. Este comportamiento refleja el compromiso de Colombia con el mejoramiento del acceso y de la calidad de la educación».
Los esfuerzos
Mientras en 2009 Colombia ocupó el puesto 58, a tan solo 7 lugares del final de la tabla, para 2012 bajó al puesto 62, con 376 puntos.
Esta calificación llevó al país a convertirse en la segunda peor puntuación de América Latina, superando solo a Perú que se quedó con el puesto 65 (368 puntos).
Y aunque el Gobierno Nacional ratifica la necesidad de focalizar las políticas para transformar la calidad de la educación, los esfuerzos no son suficientes si se compara con otros países del mundo.
Es el caso de Finlandia, que tras los resultados que hacen caer al país del puesto 2 al 12, enciende las alarmas de las autoridades educativas en ese país europeo.
«El descenso general de los resultados indica que debemos tomar medidas enérgicas para desarrollar la educación finlandesa y salvaguardar el futuro del sistema educativo», afirmó la ministra de Educación, Krista Kiuru, quien anunció la creación inmediata de un amplio foro, formado por expertos en enseñanza, políticos, padres y alumnos.
Por su parte, el Ministerio de Educación Nacional a través de su cuenta de Twitter se pronunció frente a los resultados de las pruebas diciendo que «el primer paso para mejorar es evaluarse para conocer cuáles son las debilidades y cómo se pueden fortalecer». «Pisa con su evaluación busca apoyar a los gobiernos en la formación de estudiantes que puedan enfrentarse a los cambios». «Mediante el diálogo y la colaboración Pisa muestra a los países que es posible mejorar los desempeños».
El balance
Shanghai, Singapur, Hong Kong, Taipéi, Corea, Macao, Japón, Liechtenstein y Suiza, encabezaron el grupo con los mejores puntajes en las tres áreas.
En matemáticas, Colombia ocupó el puesto 61, superando a Indonesia y Perú con los más bajos resultados.
En lectura, el país ocupó el puesto 57, por encima de Jordania, Malasia, Indonesia, Argentina, Albania, Kazajistán, Qatar y Perú. En 2009 el puntaje de Colombia para esta área fue de 413 puntos; ahora el país alcanzó el 403.
Para el área de ciencias, Colombia ocupó el puesto 58, superando a países como Túnez, Albania, Qatar, Indonesia y Perú.
De acuerdo con los resultados no queda duda de que los asiáticos lideran la evaluación. Shanghai está a la cabeza, seguido de Singapur, Hong Kong, Taipéi y Corea del Sur. La lista de los diez primeros la completan entonces Liechtenstein, Suiza y Holanda.
Vale la pena aclarar que la prueba mide tanto países como economías, por lo que se incluyen regiones de China como Hong Kong o Taipei.
El diagnóstico
Expertos en educación atribuyen a diferentes factores los pobres resultados de las pruebas Pisa.
Para Doris Carmona Pedraza, líder del área de Ciencias Naturales en el colegio de la UPB, una de las razones es la falta de capacitación para los docentes.
«Hay que generar nuevas alternativas y formas de hacer llegar los conocimientos a los estudiantes, hoy se hace de una forma muy tradicional. Es necesario que sea más dinámico, desde la experimentación. El reto actual es capacitar a los docentes, hacer que olviden lo aprendido y aprender nuevas cosas, como el uso de las Tics», señala.
En esa misma línea, Daniel Gómez González agrega que la calidad docente es un asunto crítico para estos resultados. Y señala tres vertientes de este mismo problema.
«Las personas que ingresan a la carrera docente no son los mejores Icfes del país. Ahí hay un reto por atraer personas más calificadas. En segundo lugar, durante esa formación en educación superior en licenciaturas, las personas no están mejorando. La razón es que el registro calificado que se otorga no es lo suficientemente riguroso. Finalmente, los ascensos de los docentes dependen de la antigüedad y no de la calidad».
En este último aspecto se abre una diferencia significativa que perjudica directamente a los estudiantes.
Según Gómez González existen dos estatutos que rigen esta disciplina, uno más antiguo que el otro. El primero habla de los ascensos por antigüedad y el más reciente indica que es necesario evaluar los docentes para poder ascenderlos.
Pero ¿cuál es el problema entre los dos? No se han podido integrar y el 60 por ciento de los docentes actuales pertenece al antiguo estatuto, lo que significa que «faltan 30 años para que el último docente salga del estatuto viejo. Pareciera no haber voluntad política para integrar los dos estatutos», indica Gómez.
Más causas
Para la directora del Icfes la falta de autoconfianza y la autopercepción impacta negativamente a la población estudiantil.
«La matemática -énfasis de estas pruebas- siempre ha sido un coco para los estudiantes colombianos, no la ven útil y se sienten poco confiados frente a ella. Esa misma percepción puede venir de padres o educadores y cuando las expectativas son bajas no se cumplen», señala la directiva.
Los altos niveles de repitencia también tienen un efecto negativo. Según Peña, alrededor del 41 por ciento de la población estudiantil reporta haber repetido por lo menos un año escolar, situación que no tiene efecto positivo y se acentúa más en el caso de los estudiantes con menor poder adquisitivo.
El Colombiano