Para millones de colombianos el arroz es la salvación en su alimentación básica, sin embargo, ante el aumento de su precio, las personas han tenido que disminuir su consumo. Los productores también se han visto afectados especialmente por los altos costos de los insumos, el clima y el daño que causan las importaciones por efecto de los TLC. De no tomarse medidas se llevaría a la quiebra a los agricultores, y se vería en riesgo nuestra seguridad alimentaria.
Ver este producto esencial en platos típicos como por ejemplo la bandeja paisa, el arroz con leche o el calentao’ con huevo, ahora es casi un lujo en la dieta de los hogares. Los costos promedio en las tiendas de barrio por producto están así: 1 libra de arroz ($2.000), 1 libra de fríjol ($6.000), un plátano ($2.000), 1 libra de aguacate ($4.500), 1 libra de tocino ($21.500), 1 libra de carne molida ($11.500), 1 huevo ($550) o la cubeta ($15.500) y 1 litro de leche ($4.300). Un reflejo de que la plata de los colombianos, especialmente de los más pobres, se va como agua entre las manos únicamente en alimentación.
El arroz que se cultiva desde la época de la colonia; desde finales de los años 70’s, después del café, es el cultivo de mayor importancia en la actividad agrícola del país, -en 1977 el valor de su producción bruta fue de $8.707 millones, representando el equivalente del 6,6 % de la producción agrícola de ese año, según el estudio “La economía del arroz en Colombia” del Departamento Nacional de Planeación (DNP) publicado en 1980-. Las zonas arroceras colombianas por excelencia son Tolima, Huila y los Llanos Orientales. Aunque en los departamentos de Arauca, Guaviare, Vichada, Caquetá, Cauca, Cundinamarca, Nariño y Valle del Cauca, la producción del grano también es significativa.
El sector tiene una participación de 2,3% en la totalidad de la industria de alimentos y bebidas del país, de acuerdo a Fedesarrollo. El arroz que es la fuente de ingresos de 16 mil agricultores, es el producto que actualmente más subió, indicó el DANE; y esto se da principalmente por los altos costosde insumos.
Importaciones y exportaciones
La producción nacional de arroz se destina, principalmente, al mercado interno. Las importaciones de arroz se hacen esencialmente de EE.UU., Perú y Ecuador.
“Para este 2022 están planteadas 316 mil toneladas. Eso significa que se puede suplir la producción de nuestros agricultores en alrededor de 90 mil hectáreas, pero eso no tiene sentido porque tenemos las áreas, el sistema ambiental, la infraestructura, la maquinaria, tenemos muchos aspectos que nos pueden generar competitividad para que el productor colombiano abastezca el mercado nuestro y genere excedentes para las exportaciones”, advirtió Roberto Botero, representante de Dignidad Arrocera ante el Consejo Nacional del Arroz.
Recientemente el Gobierno Nacional anunció que tras dos años de negociaciones, nuestro arroz será exportado por primera vez a Estados Unidos (100 Tn), diez años después de firmado el TLC. “Lograr esto ha sido una lucha. Esto es solo el principio. Hemos logrado una competitividad que nos permite llegar a este tipo de mercados”, aseguró Rafael Hernández, gerente de Fedearroz, de acuerdo al diario El Tiempo. Un camino muy largo hacia la internacionalización del arroz colombiano del que los productores dudan, al considerar que no hay un trabajo de doble vía en su comercialización.
10 años del TLC con Estados Unidos
Los productores señalan que Colombia ha estado en desventaja porque no ha existido igualdad de condiciones. Advierten que, a partir de 2026, los tratados de comercio de arroz con Perú y Ecuador, de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), permitirán que el grano extranjero entre a Colombia sin ningún arancel y, en 2029, lo mismo ocurrirá con el arroz de Estados Unidos; llevando a la quiebra al agricultor colombiano.
“Para nosotros es desventaja el libre comercio porque fuera de que estamos libres de aranceles, las negociaciones solo vienen de allá para acá. Desde 2029 quedaremos en manos de los americanos”, indicó Botero, quien no dudó en que éste se debe renegociar.
El principal contingente de importación de arroz es de Estados Unidos, que representa 5 % del consumo, en el marco del TLC. El resto de las importaciones que provienen de Ecuador y Perú representan el 2 %, según Induarroz.
Insumos y control de precios
La actual crisis logística sumada a una tasa de cambio más alta, hicieron que las importaciones fueran más caras y Colombia importa cuantiosos insumos para la producción agropecuaria. De acuerdo a Botero, esto nos podría conllevar a un problema de productividad, si se tiene en cuenta que un fertilizante clave como la urea pasó en 2020 de $70 mil el bulto a $280 mil este año, un aumento de casi 400 %.
Para el representante de Dignidad Arrocera, en insumos de síntesis química, pasa lo mismo: “Comprar una caneca de un producto especial que se usa en el cultivo de arroz rojo, ahora vale $10 millones 200 mil, cuando en 2020 costaba $3 millones 570 mil”. Así las cosas, “¿Qué tiene que hacer un agricultor, pagar más caro o perder productividad?”, agregó.
De otra parte advierten los agricultores, que hay un problema de especulación y acaparamiento, del que no hay control por parte del Gobierno Nacional. En la cadena de producción, un producto que transita por 8 personas antes de llegar al agricultor, “cuando llega a puerto colombiano por ejemplo a $100 se lo suben a un agricultor a $150, es decir, ellos son los que se están quedando con las utilidades en toda la cadena y el agricultor es el que está pagando los platos rotos y, finalmente el consumidor; no hay control”, expresó Botero.
Proyección del sector
El año 2021 fue calificado como el más crítico en la historia de la siembra del arroz, según los cultivadores que llevan más de 50 años produciendo el grano. Indicaron que esto obedeció a que se tuvieron unos precios de comercialización muy por debajo de los costos reales de producción, lo que les generó cuantiosas pérdidas.
A los agricultores lo que más les preocupa es la falta de políticas claras de estabilidad en los precios de comercialización, el aumento de las importaciones, la falta de líneas de crédito de fácil acceso con bajas tasas de interés, que no exista una eficaz cobertura de cosechas para mitigar los fenómenos climáticos, además de la falta de innovación y tecnología para poder ser más competitivos.
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