En el foro sobre sostenibilidad organizado recientemente por parte de ACOPI Bolívar, señalé con toda precisión que no es posible que, en un ambiente de Tratados de Libre comercio, TLCs, y en especial con el de Los Estados Unidos, el sector agropecuario nacional y departamental, tenga la más mínima posibilidad de desarrollo. Y los hechos y las estadísticas así lo demuestran, incluso esas afirmaciones alegres que realizaron para engatusar incautos, el entonces presidente Álvaro Uribe y sus funcionarios, en el marco de las negociaciones de estos acuerdos. En ese momento, argüían con todo cinismo, que con nuestros productos íbamos a conquistar el mercado más grande del mundo, con 300 millones de personas, y con un PIB per cápita de 50 mil dólares, al tener un presunto acceso preferencial, lo que resultó ser totalmente falso.
En efecto, un análisis muy interesante realizado por Enrique Daza, director de Cedetrabajo, indica cómo en los diez años del TLC, pasamos de importar 110.000 toneladas de maíz a 3.858.000 toneladas. Se triplicaron las importaciones de soya, y las importaciones de trigo pasaron de 389.000 toneladas a 592.000; siendo que la producción nacional de este cereal proporciona menos de uno por ciento del consumo nacional. Las exportaciones tradicionales de productos agrarios en un 97 % corresponden a café, banano y flores y el restante 3 %, a pequeños envíos de frutas tropicales, plantas aromáticas y condimentos. El país compró más de seis veces la cantidad de productos agropecuarios de la que vendió a Estados Unidos.
En el terreno manufacturero, completamos 70.931 millones de déficit acumulado. Han llegado por raudales lacto sueros, usados para rendir la leche en forma fraudulenta y leche en polvo con la cual se ha incluso producido mantequilla, afectando miles de lecheros colombianos. Colombia exporta petróleo e importa derivados del petróleo con mayor valor agregado, lo que explica la mayor parte del déficit del sector petroquímico (Daza, Enrique,2022 Link: https://cedetrabajo.org/a-proposito-de-la-revision-del-tlc/ )
En el caso del departamento de Bolívar, la situación incluso es peor. Por ejemplo, según cifras del Ministerio de Comercio Exterior, las exportaciones que realizamos a los Estados Unidos en el 2021 fueron USD 647.045 millones, mientras que las ventas que los empresarios y productores norteamericanos realizaron a nuestro mercado interno ese mismo año fueron USD 1.297.285 millones, ocasionándonos un déficit comercial muy negativo de USD 650,240 millones, solo el año pasado.
De igual forma, debido a este TLC y a las avalancha de importaciones agropecuarias que se ha generado, vemos como extrema preocupación como en un bien agropecuario como el sorgo, que según la Organización para la Agricultura y los Alimentos (FAO), es el quinto cereal más importante del mundo, en donde el 75% de este bien agropecuario se utiliza como alimento, en el departamento tuvimos un área sembrada de 45.000 mil hectáreas, antes del TLC, y hoy sólo existen 860 hectáreas; o el caso del arroz secano mecanizado, teníamos un área sembrada de 40.000 mil hectáreas de este cereal, antes de este acuerdo, con una producción de 6 toneladas por hectáreas, y en estos momentos contamos simplemente con 15 mil hectáreas, y en términos generales el 45 % de los bienes agropecuarios, y del ámbito alimenticio que consumimos los 2 millones de habitantes del departamento, proviene de los Estados Unidos y otros países. Esto significa que hemos perdido nuestra soberanía y seguridad alimentaria. En últimas, la evidencia demuestra la necesidad imperiosa que el presidente Gustavo Petro cumpla con su promesa de campaña y renegocie los TLCs en especial el de Estados Unidos, porque mientras sigan vigente estos acuerdos no habrá posibilidades de desarrollo del sector agropecuario nacional y departamental.