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“Cuando la banca sufre, el Estado ayuda. ¿Cuándo lo hicieron con la Industria?” Saúl Arroyave.

Jul 16, 2015

Por: Editor Cedetrabajo

Por Yamid López – CEDETRABAJO Antioquia Saúl Arroyave, empresario antioqueño de autopartes, se considera una de las primeras víctima de los Tratados de Libre Comercio. Es alto, tranquilo, habla como si midiera cada palabra y no es para menos. Después de 30 años al frente de su empresa tuvo que liquidarla. Aunque intentó competir contra los coreanos, […]

CEDE
Por  – CEDETRABAJO Antioquia

Saúl Arroyave, empresario antioqueño de autopartes, se considera una de las primeras víctima de los Tratados de Libre Comercio. Es alto, tranquilo, habla como si midiera cada palabra y no es para menos. Después de 30 años al frente de su empresa tuvo que liquidarla. Aunque intentó competir contra los coreanos, los productos asiáticos llegan 70% más baratos que la producción colombiana y eso, se quiera o no, es más poderoso que la esperanza.

Retirado de la producción industrial, asesora empresas y está dispuesto a poner su capacidad y esfuerzo para transformar la realidad del país.

 

¿Cómo empezó en la industria de autopartes?

Saúl Arroyave: yo empecé hace 30 años con una empresa muy pequeña. Una sopladora y un inyector. Nos dimos cuenta que la General Motors importaban los parabrisas y los tanques de recuperación para los carros y vi la posibilidad de realizarlos aquí en Medellín. Nos fue muy bien durante 15 años. Pasamos de hacer juguetes a hacer autopartes para la industria que tenía mayor demanda.

 

¿Y lograban competir contra las importaciones?

Saúl Arroyave: en esa época era distinto, la industria nacional era apoyada. Si una empresa realizaba un producto para las ensambladoras, el Gobierno Nacional cerraba las importaciones de lo que hiciéramos. La Mazda, por ejemplo, pasaba una licencia de importación de mil 500 tanques de refrigeración y le exigían: carta de los proveedores donde explicábamos porque no lo hacíamos y si lo podíamos hacer cuánto demoraba el desarrollo. Nosotros decíamos si se puede y el desarrollo se demora 4 meses, por ejemplo.  Entonces autorizaban la importación para cuatro meses. Era un conjunto de fuerzas para sacar la industria adelante.

 

¿Qué más existía?

Saúl Arroyave: asistencia técnica real. Los desarrolladores de las ensambladoras iban a las fábricas y juntos veíamos que productos se lograrían hacer en Medellín. Lo de las autopartes fue grande. Todos los poderosos industriales nacieron así. Ya mermaron un poco.

 

Esa historia la repiten todos los industriales, lo que sigue es que en los noventa todo se vino al suelo.    

Saúl Arroyave: así es. En el 95, los autopartistas empezamos a “competir”. Nos llamaban a las negociaciones y nos decían: ¿En cuánto nos hace un tanque de recuperación? En X precio, respondíamos. Y nos contestaban: está 40% más caro que el coreano. Y no podíamos competir. La materia prima nuestra es importada 100%. Para el producto completo 0 arancel pero para la materia prima, que ayudaba a la industria nacional, aranceles y dólar caro.

Nos pusieron a competir en desigualdad. Es como poner a competir a un campesino descalzo con un guerrero del siglo XXI con armamentos tecnológicos.

 

El Gobierno los llama y le dice que van a competir, ¿Ustedes intentaron adaptarse a las importaciones?

Saúl Arroyave: sí. Intentamos adaptarnos. Durante 10 años subsistimos. Buscábamos precios de oportunidad, pero ahora no sobrevivimos. Los banqueros antes conocían al cliente, ahora es solo números. Entonces nos cerraron las puertas. Todo cambió y fue un desastre para la industria.

 

¿Saúl Arroyave es la primera víctima del TLC con Corea?

Saúl Arroyave: hay muchos más. Empresarios que no han tirado la toalla porque sobreviven de las exportaciones, pero no del mercado interno. El TLC no me afectó mucho, aunque si me tocó. Pero el cierre de la Mazda si fue muy difícil para mi empresa. El presidente, Fabio Sánchez me llamó y me dijo lo difícil de la situación. Querían sostener la fábrica, los proveedores e intentaron aliarse con Toyota que salía de Venezuela pero no pudieron.

 

¿Cuáles fueron las razones?

Saúl Arroyave: las importaciones del CKD[1]. En Colombia pagaban impuesto, en México no. Mazda pedía cotizaciones al proveedor colombiano y los productos coreanos era 70% más baratos. Él decía: mientras usted importa la motobomba de Estados Unidos para producir parabrisas, Corea hace la motobomba y el parabrisas. Por eso era tan barato. Los volúmenes no daban para tener una planta aquí, no había economía de escala. Y yo realmente comprendí porque se iban de Colombia.

 

Cesar Gaviria, siendo presidente de Colombia, dijo Bienvenidos al futuro. Vamos a inundar el mercado mundial con nuestros productos. ¿Lo creyó?

Saúl Arroyave: sí. Me lo creí. Creí en la sustitución de importaciones. Se me acabó la ilusión con el tiempo pero cuando supe que veníamos hacia abajo fue con la firma de los TLC. Empezábamos a notar un alto consumo de productos importados, carros de México a competir con unos de la misma gama pero a mitad de precio. Por plata que tenga, nadie está condiciones de dejarse masacrar.

 

Y la solución…

Saúl Arroyave: manejo del dólar para ser competitivos, exclusivos para la industria. Hacer estudios con el comercio para saber el estado de la industria e incentivar la compra a empresarios nacionales y con una política patriótica. No es haciendo TLC. Cuando la banca sufrió en el 99, el Estado la rescató, plata, 4×1. ¿Cuándo lo ha hecho con la industria?

 

¿Qué significa despedir a los trabajadores?

Saúl Arroyave: es lo más triste que existe. Tenía trabajadores que llevaban conmigo 25 años. Ellos me decían: no me indemnice, necesito trabajo. La plata la tenemos segura con usted, pero adónde trabajamos. Gente muy mayor, que se especializó en la producción de autopartes. Yo les expliqué que no podía.

 

————————————————————-

[1] CKD: kits para ensamblaje de carros. Partes que no producía Colombia.

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