La exposición de la hipocresía del imperialismo de EE.UU.
Raúl Fernandez, 8 de septiembre de 2013
Cada vez que los gobiernos de Estados Unidos buscan convencer a sus ciudadanos que apoyen una guerra de agresión, hacen un llamado con bombos y platillos a los “altos valores morales” de la Nación. Pero cuando se trata de otros asuntos a los que parecería aplicarse los mismos estándares de moralidad, esas nobles inquietudes desaparecen y ya no se declara una “guerra”.
En el caso de la inmigración, los “acuerdos de libre comercio”, impuestos a México y Centroamérica por el gobierno de Estados Unidos en connivencia con las élites locales, han destruido la agricultura nacional. Como resultado, millones de campesinos han llegado a Estados Unidos en los últimos veinte años. Cada año gran cantidad de inmigrantes mueren cruzando desiertos o ríos navegables en su camino hacia Estados Unidos. En los Estados Unidos, los inmigrantes indocumentados trabajan por salarios miserables, en los puestos de trabajo más duros, en condiciones de vida precarias, estigmatizados como delincuentes, en peligro permanente de ser arrestados, encarcelados y deportados.
El gobierno de Obama continúa rompiendo todos los récords en la deportación indiscriminada de trabajadores indocumentados. Solamente en 2012 fueron deportados más de 400.000. La política miserable e indiscriminada de deportaciones está destruyendo las familias: en 2012 Estados Unidos deportó más de 100.000 padres de familia de niños nacidos y criados en Estados Unidos. La política de deportación abastece una industria privada lucrativa que administra 900 centros de detención y de prisión en Estados Unidos.
Estados Unidos ejerce una política agresiva consistente en imponer “tratados de libre comercio” a los países más débiles. Estas políticas convierten a regiones de América Latina en especie de prisiones de pobreza, de las que la gente trata de escapar. Cuando los inmigrantes llegan a Estados Unidos son explotados casi como esclavos, tratados como criminales, encarcelados brutalmente y deportados.
Cuando se trata de los efectos crueles e inhumanos sobre la vida de la gente, causados por “los tratados de libre comercio” y por las políticas de inmigración, el imperialismo norteamericano, con una hipocresía característica, no apela a “los altos valores morales”. Mira para otra parte.