Bogotá, febrero 10 y 11 de 2015
La Junta Nacional de la CUT, ratifica el apoyo al proceso de paz, en el marco de lo aprobado en nuestro VI Congreso realizado en septiembre de 2014. Una serie de hechos corroboran el avance del proceso de diálogo entre el gobierno nacional y la insurgencia, entre ellos, la declaratoria de cese unilateral del fuego por parte de las FARC; la declaratoria del gobierno de abrir la discusión sobre un posible cese bilateral, la designación de comisiones para la discusión de temas relacionados con el fin del conflicto y el amplio respaldo internacional. Todavía aún no puede concluirse que el camino de la solución política este completamente despejado. Al contrario, las presiones de sectores proclives a las soluciones de fuerza bajo un discurso de si a la paz pero con condiciones a granel, las contradicciones en las declaraciones del gobierno y las fuerzas militares; las posiciones encontradas de los voceros de los organismos de control, reflejan que estamos ante un proceso que requiere cada vez mayor apoyo ciudadano. La CUT anhela, como la gran mayoría de los colombianos, que se silencien los fusiles, se concreten los acuerdos y se despeje el camino para la construcción de una Colombia con democracia, soberanía y ejercicio pleno de los derechos ciudadanos.
La paz no es solo el silencio de las armas, es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, es un valor esencial de la sociedad y fundamento del Estado y las instituciones públicas. Como parte integral de la lucha por la paz, exigimos que cesen las amenazas, atentados y asesinatos a los dirigentes sindicales y a los derechos de los trabajadores, se garantice en la práctica la reparación individual de las víctimas y se de paso a la reparación colectiva del movimiento sindical, entre otros.
La grave crisis económica que sacude a nuestro país, reafirma los criterios de la lucha contra el mandato neoliberal de Juan Manuel Santos y del gran capital, aprobados en el VI Congreso. Como en el resto del mundo, la aplicación de la política neoliberal de libre comercio y privatizaciones, sólo ha beneficiado a las grandes potencias, en especial, al imperialismo norteamericano. El gran capital financiero y las multinacionales, someten a la expoliación de las riquezas naturales de las naciones, al igual que exprimen sin consideración alguna a naciones enteras y a sus pobladores.
La grave crisis económica que sacude a nuestro país, reafirma los criterios de la lucha contra el mandato neoliberal de Juan Manuel Santos y del gran capital, aprobados en el VI Congreso. Como en el resto del mundo, la aplicación de la política neoliberal de libre comercio y privatizaciones, sólo ha beneficiado a las grandes potencias, en especial, al imperialismo norteamericano. El gran capital financiero y las multinacionales, someten a la expoliación de las riquezas naturales de las naciones, al igual que exprimen sin consideración alguna a naciones enteras y a sus pobladores.
Los resultados concretos de los últimos tres años, en los cuales se registró el mayor volumen de comercio exterior de toda la historia, saltan a la vista. La balanza comercial y la cuenta corriente se hicieron deficitarias; se agudizó el déficit del gobierno central, se incrementaron la deuda y la inversión extranjera directa; entre tanto, se contrajo la agricultura y, en mayor medida, la industria, con su saldo de desempleo y pobreza para el país. Aun así, el gobierno insiste en las bondades del libre comercio y se dispone a la firma de nuevos tratados de similar o peor naturaleza como los de Corea, Japón, Israel y la Alianza del Pacifico.
El gobierno de Juan Manuel Santos corre desbocado a cumplir las exigencias de los países de la OCDE, encabezados por Estados Unidos y la Unión Europea y para que no quede dudas de semejante despropósito antinacional, ha introducido más de 130 de ellas en el Plan Nacional de Desarrollo “Todos por un nuevo país” presentado para su aprobación en el Congreso de la república, en sesiones extras. No queda títere con cabeza; reforma pensional que aumentará por partida doble la edad de pensión de las mujeres, una por la vía de igualarla con los hombres a 62 y dos aumentar la edad a ambos a 65 años, aumentar la cotización, rebajar el monto de la mesada, colocar pensiones por debajo del salario mínimo legal vigente, obstaculizar la sustitución pensional, jamás gobierno alguno se había atrevido a tanto; la reforma tributaria estructural que gravará aún más los menguados ingresos de los colombianos de clase media, pequeños y medianos empresarios y trabajadores con el aumento del impuesto del IVA y ampliará la base tributaria de renta a las personas naturales, las franquicias ilimitadas al gran capital foráneo y el estrangulamiento hasta la aniquilación de la producción nacional industrial y agropecuaria; la entrega de las tierras de la altillanura a los grandes potentados y las multinacionales, según para el desarrollo de la agroindustria con la sobredosis de convertir en nuevos siervos a los campesinos llaneros; grandes obras de infraestructura a la feria de los inversionistas extranjeros y su entrega a disfrute de los capitales privados en detrimento del usufructo estatal con la alianzas pública privadas, nuevas forma de saciar al gran capital en detrimento del interés nacional.
Aunado a esto, los mayores costos de las compras en el exterior, por la revaluación del dólar, harán más costosos los procesos de producción, si es que se atreven a invertir empresarios nacionales. Como consecuencia, se reducirán las oportunidades de trabajo de los colombianos, mas desempleo, se entablará una guerra por la rebaja de las condiciones laborales actuales, ya de por si paupérrimas, con el cuadro de aumento del empleo informal y tercerizado que es el pan de cada día, todo esto con la complicidad del gobierno y su ministerio del trabajo, a pesar de las reiteradas denuncias ante la OIT y demás organismos internacionales. La OCDE en este campo lo que ordena es continuar reformando el mercado laboral para hacer más atractiva la inversión extranjera y reducir la carga tributaria sobre las empresas.
El gobierno pretende concentrar en una sola ley un sinnúmero de medidas que deberían ser tramitadas como leyes individuales, van a hacer pasar “leyes exprés” a través del Plan de Desarrollo temas como la salud, la educación, lo laboral, lo pensional, lo tributario, la propiedad rural, lo de transporte, lo de soberanía, consultas populares, medio ambiente, inversión extranjera, infraestructura, concesiones, tropas colombianas al extranjero, comunicaciones, gran minería, aumento impuesto predial a las ciudades intermedias y sector rural, televisión, alianza público privada, carreteras en parques nacionales y muchos más.
La CUT ratifica el compromiso de continuar la lucha por la defensa del empleo y de la producción nacional; por un modelo de desarrollo alternativo frente a la globalización neoliberal, los tratados de libre comercio y las imposiciones de la OCDE. Por tanto, la lucha contra la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo se convierte en una tarea de primer orden en la agenda de la CUT y sus sindicatos. En ese marco impulsaremos la movilización por la defensa de nuestras reivindicaciones, apoyaremos las luchas estudiantiles, campesinas y en general de todos los sectores populares y, en particular, los pliegos del sector salud, de Fecode, de la USO y del sector estatal. Que esta lucha social se traduzca también en lucha política apoyando en las próximas elecciones a candidatos alternativos comprometidos con los trabajadores y sectores populares.
La CUT, una vez más, reitera que de ninguna manera vamos a alcahuetear que descarguen sobre los hombros de los trabajadores y la Nación el peso de la crisis, como lo han anunciado sindicatos como la UTEN, filial de CGT, acudiendo a viejas prácticas de sindicalismo patronal y empresarial que tanto daño le han hecho a los trabajadores colombianos.
Para responder a los anteriores desafíos, nos disponemos a realizar dos eventos de trascendental importancia en la vida de nuestra Central: El V Congreso de la Mujer Trabajadora y el II Congreso de la Juventud, por un lado y, por el otro, el Congreso Extraordinario de la CUT, que adoptará las decisiones organizativas y estatutarias para nuestro accionar en los próximos años.
Movilización por la paz, movilización contra el mandato neoliberal de Juan Manuel Santos, fortalecimiento de nuestra organización y exigencia del pleno ejercicio del derecho a la huelga, a la Asociación y Negociación Colectiva, son los compromisos. Adelante compañeros!.
LIV JUNTA NACIONAL CENTRAL UNITARIA DE TRABAJADORES DE COLOMBIA