Por Jose Jaime Padilla Olivella | CEDETRABAJO – Valledupar (Cesar)
Las cifras sobre desempleo e inflación de Valledupar han causado alarma nacional, sin embargo, se cree que sus causas obedecen a circunstancias particulares de la ciudad, sin tener en cuenta que su dinámica está en consonancia con la penosa realidad nacional en materia económica.
Las cifras del DANE sobre el desempleo en esta ciudad son contundentes. Según ese organismo somos la segunda ciudad con mayor desempleo a nivel nacional con el 15,4%. No es un tema menor. Varios análisis muestran que la población más afectada es la juvenil. Además, se señala como posibles causas el aumento de la población.
Pero en realidad está ciudad no es ajena al panorama nacional que, aunque haya mostrado recuperación en el tema, aún tenemos como país el vergonzoso tercer puesto entre los miembros de la OCDE con mayor tasa de desempleo. Muchos plantean como posibles causas la falta de políticas públicas que ayuden a generar empleo. Sin embargo, es necesario medir cuál es el impacto que el modelo económico que subsiste en Colombia ha tenido en ciudades emergentes como la nuestra.
Aunque el Alcalde lo haya prometido, no es fácil crear 10 mil empleos desde la administración pública. Como para dimensionarlo; pongamos un ejemplo, la empresa justo y bueno que ahora se encuentra en liquidación generaba aproximadamente 20 mil empleos, para lo cual contaba con 1000 tiendas a nivel nacional. Es por ello que a un municipio como Valledupar le costaría muchísimo generar 10 mil empleos con recursos públicos. Aún así no es innegable que desde las administraciones públicas sí se puede promover un ecosistema de empleo. Para promover la creación de nuevas empresas y evitar que se acaben las existentes.
Valledupar necesita ser más competitiva, hay que disminuir la informalidad. No es competitivo que en una ciudad como esta aun no funcione un buen sistema de transporte público. Eso espanta la inversión sobre todo en el sector comercio. Igualmente, es demostrable que las altas tarifas de energía tienen una relación directa con el cierre de pequeños establecimientos de comercio que generan empleo y dinámica económica. Las administraciones deben acompañar la inversión privada. No se justifica por ejemplo que una constructora desarrolle un proyecto de vivienda y que la alcaldía no pavimente las vías de acceso, o construya un parque que la haga más atractiva.
Por otro lado, no se promueve el sector turístico, uno de los principales potenciales que tenemos como ciudad. El sector agrícola ha sido fuertemente golpeado por las políticas de los gobiernos nacionales que han permitido la importación de productos que antes se producían en el área metropolitana de Valledupar. Lo peor es que frente a esto la dirigencia local guarda silencio. Siendo esta una de las principales razones por las cuales muchas empresas; por ejemplo, del sector lácteo han quebrado. Igualmente pasa con los productores de arroz. En estos términos no podemos exigir sólo a la administración municipal que cumpla con los empleos que prometió.
Debemos coadyuvar a que con sus decisiones genere un ambiente propicio para que la ciudad desarrolle su aparato productivo en todos sus sectores: turístico, agrícola, comercial, industrial, etc. No solo volviendo a Valledupar las vegas de Colombia como se ha propuesto por parte de uno de sus funcionarios, o capacitando a jóvenes para el trabajo como se está haciendo. También acompañando todas las políticas que permitan que sea el sector privado el primer interesado en invertir y desarrollar sus actividades productivas en Valledupar.
Al alcalde lo debemos acompañar en su tarea con los demás de la región caribe, en contra de las altas tasas de energía. Debemos exigirle que ante el gobierno nacional rechace las políticas económicas que afectan a nuestros productores y verificar que ejecute las obras y medidas que permitan la creación de nuevas empresas y que no se vayan las que quedan.