Dinero 6/29/2016
2016 ha sido un año sin muchos beneficios para la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), contrario a lo que dijo el gobierno a mediados del 2014 cuando el dólar empezó a dispararse.
Abril de 2016 ha sido el mes que ha presentado mayor volumen importado en los últimos 20 años. Se importaron al país 1‘686.906 toneladas de productos agropecuarios y agroindustrias por un valor de US$612 millones, esto representa un incremento de 73% en volumen y 21,2% en valor si se compara con el mismo mes de 2015.
En lo que va transcurrido del año, se han importado 4,9 millones de toneladas por un valor de US$2.000 millones, esto quiere decir que si se compara con el año anterior el volumen aumentó en un 24,4% y el valor descendió 0,3%.
Los productos que más se han importado son el maíz, el trigo, la torta de soya y las habas de soya, estas acumulan un 73% del volumen importado. Sin embargo, productos como el maíz, trigo, aceite de palma, azúcar de caña, leche, cebada y algodón también han tenido una participación importante.
En pocas palabras, el volumen de los productos importados en los primeros 4 meses del año equivale a 43% de lo registrado durante todo el año 2015.
¿Y qué pasó con el dólar?
La devaluación del peso frente al dólar ha sido una noticia poco agradable para muchas empresas del país que depende de importaciones de materias primas o productos. Pero, en el caso del sector agropecuario y agroindustrial esta devaluación debía ser beneficiosa para las exportaciones. La realidad es otra. Esta no ha contribuido a reducir las compras externas de alimentos y materias primas agropecuarias como se tenía previsto. Esto sucede porque los bajos precios internacionales compensan el incremento por la tasa de cambio.
Por otro lado, el mercado dentro del país ha pasado por unas bajas muy importantes. El fenómeno de El Niño dejó rezagos en el país, la fuerte sequía y las altas temperaturas ocasionaron dificultades en el mercado interno. Además, la alta demanda interna de materias primas de alimentos para animales, la dinámica de crecimiento de actividades avícolas y porcícolas no pudo ser suplida por la producción nacional debido a dicho fenómeno.
De las producciones más afectadas fueron las de maíz que reportaron una caída del 33% ya que se perdieron 44.316 hectáreas sembradas.