La burbuja financiera de las hipotecas “basura” se originó en la desregulación del sistema y, por consiguiente, en la libertad para transformar cualquier deuda en un papel fiduciario con el cual especular y en la circulación masiva de papeles sin respaldo que este fenómeno conlleva. Esta burbuja empezó a reventar desde mediados de 2006 y ya para el primer trimestre de 2008 había quebrado importantes bancos de inversión. Sin embargo sólo fue en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2008 que tales burbujas o “pompas de jabón” financieras –como las llamara Carlos Marx– reventaron, revelando que tantos bancos e instituciones especuladoras estaban comprometidos con inversiones en deudas hipotecarias de alto riesgo. El estallido precipitó la insolvencia, las quiebras y ventas a precios de remate y el rescate de bancos y otras instituciones financieras, tanto en Estados Unidos como en Europa.
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