El mercado laboral colombiano es pequeño y demanda personas sin educación, lo que demuestra el atraso en el aparato productivo del país. Casi el 70% de la población no tiene ningún nivel de educación o, como máximo, tiene educación media. Sólo el 17% de los ocupados en el país tienen educación superior, ya sea a nivel universitario o de postgrado. La educación técnica y la tecnológica tienen poca fuerza en el empleo, pues entre la media técnica, la educación tecnológica y la técnica profesional agrupan sólo el 14% de la ocupación.
Las actividades que tienen mayor ocupación son las primarias, las de comercio y las de servicios; las cuales no generan valor agregado, ni desarrollan industria. La agricultura, ganadería, caza y silvicultura tienen un 17% de la ocupación, el comercio y reparación de vehículos 20% y el alojamiento, servicios de comida, actividades artísticas, de entretenimiento y recreación suman 15%; en total en estas actividades tienen una carga del 52% en la ocupación del país. Por su parte, la industria manufacturera sólo significa el 10% de la ocupación. La disminución de la tasa de desempleo del último año se ha dado por el aumento de las de comercio y de servicios tras la pandemia, que no requieren de altos niveles educativos.
En los ocupados con menor educación, el cuentapropismo es la mayor posición ocupacional, es decir, la ocupación del país está fundamentada en el rebusque. Esto explica que casi el 60% de los ocupados está en la informalidad y más del mismo porcentaje tiene ingresos de hasta 1 salario mínimo.
Tener educación superior en Colombia no asegura empleo o empleo en condiciones más favorables a los demás niveles educativos, salvo que se pueda ocupar en los estamentos gubernamentales. En los niveles de educación superior se ubican mayoritariamente los empleados del gobierno. Sin embargo, no tienen la mayor posición ocupacional de patrón o empleador porque esta carga es similar o mayor en niveles más bajos de educación. Tampoco asegura ser empleado particular, porque los niveles de educación media y técnica tienen más ocupados en esta posición. El nivel de educación superior también tiene una carga importante de ocupación en el cuentapropismo.
Sin importar el nivel de educación, el mercado laboral es un fracaso en el empleo de las mujeres. Esto es coherente con la brecha entre hombres y mujeres de 5 p.p. en la tasa de desempleo general para el último trimestre. Pues la tasa de desempleo es más alta en cualquier nivel educativo para la mujer, especialmente en niveles inferiores. La brecha llega a más de 9 p.p. en la educación media técnica.
En resumen, el modelo económico del país no crea suficientes puestos para emplear a todos los que buscan trabajo. Además, el aparato productivo con poca industria y bajo desarrollo tecnológico, científico e investigativo no requiere mano de obra calificada, por lo cual se desaprovecha la mayor formación de los individuos.
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