En materia de empleo, todos los candidatos a la Presidencia han presentado sus apuestas: políticas de formalización y disminución del desempleo, garantías de seguridad social y acceso a pensiones, condiciones favorables para las empresas, entre otros lugares comunes. Pero para tener banderas de campaña, cada candidato se ha puesto metas puntuales.
En ese sentido, el candidato Gustavo Petro ha hecho una de las propuestas más llamativas para los trabajadores: volver a poner las horas nocturnas desde las 6:00 de la tarde.
En materia de empleo, todos los candidatos a la Presidencia han presentado sus apuestas: políticas de formalización y disminución del desempleo, garantías de seguridad social y acceso a pensiones, condiciones favorables para las empresas, entre otros lugares comunes. Pero para tener banderas de campaña, cada candidato se ha puesto metas puntuales.
En ese sentido, el candidato Gustavo Petro ha hecho una de las propuestas más llamativas para los trabajadores: volver a poner las horas nocturnas desde las 6:00 de la tarde.
Esto es lo que ha dicho el exalcalde de Bogotá:
Vamos a dignificar el trabajo, el día volverá a ser hasta las 6 de la tarde, la semana laboral será hasta el viernes y el horario de trabajo será de 8 horas.
Vamos a partir las aguas y liberar de la esclavitud.#PetroEsTrabajo#1DeMayo#DíaDelTrabajador#PetroPresidente pic.twitter.com/kOcjNQW34M
— Gustavo Petro (@petrogustavo) 1 de mayo de 2018
No es un tema nuevo en campaña, pues fue también una de las promesas del presidente Juan Manuel Santos para lograr su reelección en el 2014; aunque solo pudo cumplirla ‘a medias’, pues aunque presentó el proyecto al Congreso, tuvo que retractarse más adelante, en el 2017, advirtiendo que la medida podría costar la reducción de al menos 70.000 empleos formales.
Finalmente, el Congreso aprobó que se pasara el cierre de la jornada ‘diurna’ de las 10:00 p.m. a las 9:00 p.m.
Para los gremios, la insistencia en esta posibilidad amenaza la creación de nuevos empleos, reduciendo la productividad y la competitividad frente a actores extranjeros.
“La ventaja que dio la modificación a los horarios fue la oportunidad de crear nuevos turnos de trabajo. Tener esa flexibilidad permite generar unos turnos adicionales que, si no existieran, pues no se crean”, dice al respecto Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores.
De acuerdo con esta postura está Guillermo Botero, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, quien asegura que la medida “destruiría el empleo”.
La reciente experiencia de Santos da cuenta de cómo la propuesta de Petro no solo tiene repercusiones económicas, sino que implica un gran esfuerzo político para ser aprobada en el Congreso. Y Petro, como quedó conformado el actual Legislativo, no tiene mayorías en ninguna de las cámaras.
Del lado del candidato, Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo, defiende que la propuesta es “perfectamente viable” y “justa”. Además, asegura que la medida podría aportarle “músculo financiero” a los trabajadores, lo que permite fortalecer su capacidad de consumo, y a su vez, fortalecer al sector privado.
“Nadie se enriquece porque le paguen un poco más, ni ninguna empresa se empobrece por lo mismo. ¿Para qué se crean bienes y servicios si la gente no tiene capacidad de compra?. A lo que tenemos que apuntar es a ver cómo aumentamos el consumo por la vía de aumentar los ingresos de los trabajadores”, dice.
Mario Valencia, director del Centro de Estudios del Trabajo, anota que la propuesta representa beneficios a la calidad de vida de los trabajadores y mejor capacidad de consumo, y por lo tanto, una posibilidad de “dinamizar la producción y el comercio”. “Los gremios se quejan de que los colombianos no gastan lo suficiente, entonces una medida para que gasten más es devolverles este derecho”, dice.
El horario nocturno empezó a contarse desde las 10:00 de la noche en el 2002 como una medida para incentivar la creación de empleo y la competitividad de las empresas. Sin embargo, las cifras durante ese período no dieron cuenta de un beneficio directo sobre las tasas de ocupación. En el 2002, el porcentaje de colombianos ocupados alcanzaba el 52,6 %. Al año siguiente subió a 54 %, pero desde ahí, y hasta el 2008, tuvo un crecimiento negativo que bajó hasta un 51,7 %.
Vea la evolución de la tasa de empleo en los últimos años:
Por otro lado, además de tener en cuenta las cifras y las implicaciones económicas que señalan los gremios y los analistas, el candidato Gustavo Petro también asumiría un reto político de sacar adelante su proyecto en el Congreso de la República, donde no parece contar con un apoyo suficiente. Los partidos de la Colación Decencia, que apoyan su campaña, tendrán sólo seis asientos en el próximo órgano legislativo.
Las otras propuestas
Los otros candidatos han usado como banderas sus metas en creación de empleos.
Sergio Fajardo y Humberto de la Calle han ‘sacado pecho’ de sus programas diciendo que se traducirán en la creación de 1.500.000 nuevos empleos. La meta de Germán Vargas es de 1.200.000. La del candidato Iván Duque no está explícita en su programa de gobierno y no fue posible obtener una respuesta a través de su equipo de campaña.
#FajardoPropone. Crearemos un millón y medio de empleos. Es necesario contar con una política social justa, que garantice una vida digna a todos los colombianos. Les explicamos qué significa esto. Recuerden leer la propuesta completa en: https://t.co/XBX4OaajiU. #ElEquipo pic.twitter.com/FEacwdxiNm
— Fajardo Presidente (@sergio_fajardo) 2 de abril de 2018
De 1.2 millones de nuevos empleos generados por la política económica, a lo menos el 30% serán para las mujeres. #MejorLaFamilia pic.twitter.com/8MI40Hlfwp
— Germán Vargas Lleras (@German_Vargas) 1 de diciembre de 2017
Vamos a crear entre 500 mil y un millón de empleos en los primeros años, que se mantendrán hasta cuando tengamos una economía más justa. #LaPazEnMarcha pic.twitter.com/AMvdyU4uh4
— Humberto de la Calle (@DeLaCalleHum) 15 de enero de 2018
Sobre estas metas, las cifras indican que, aunque son ambiciosas, no están muy por encima de la tendencia de ocupación en los últimos años. De 2014 a 2018, durante el último gobierno de Juan Manuel Santos, se han creado 1,2 millones de nuevos empleos.
Para el analista Carlos Sepúlveda, Decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, las metas generan “un referente” para los gobiernos, pero no dicen mucho por sí mismas. “Es una frase echada al aire. Que si lo pudieran hacer pues buenísimo que la creación de empleo tomara ese ritmo, pero más allá de eso es cómo se va a lograr esa meta”, indica.
En ello coincide el analista Valencia, de Cedetrabajo, para quien es “medio demagógico” lanzar las cifras, y se hace más necesario que los candidatos profundicen en las políticas que implementarán para garantizar que no solo aumente la cifra de empleos sino que crezca el nivel de calidad de los mismos.
“No me parece que sea la gran novedad proponer que se van a crear 1.5 millones de empleos. El principal problema del empleo en Colombia es la calidad de este, y eso está relacionado con que el país no produce cosas de mucho valor, y para lograrlo habría que tener una verdadera política de desarrollo productivo y un rediseño de la política comercial del país. De eso deberían hablar los candidatos”, concluye.
Además, los analistas coinciden en que el crecimiento de la población ocupada no solo depende de políticas internas del Gobierno Nacional sino del crecimiento económico del país.
Vea en esta gráfica la evolución en la tasa de ocupación en el país y la variación del Producto Interno Bruto (PIB) colombiano en los últimos años:
La tendencia muestra que una variación positiva en el porcentaje del PIB repercute en un crecimiento de la tasa de ocupados al siguiente año; mientras que un decrecimiento en la economía del país provoca una caída en la creación de empleo en los siguientes doce meses.
Tomado de: El País