David Andrés Calle, Unimedios, UN Periódico, 11 de julio de 2010. Leído en Tribuna Magisterial Radio, 18 de julio de 2010.
Ácidos grasos de esponjas del mar Caribe colombiano tienen gran actividad contra cáncer de mama, colon y pulmón. Así lo determina un estudio realizado por investigadores de las universidades Nacional de Colombia en Medellín y de Antioquia.
Luego de estudiar 12 especies de esponjas, el Grupo de Investigación en Biotecnología Animal de la Universidad Nacional en Medellín y el Grupo de Productos Naturales Marinos de la Universidad de Antioquia descubrieron que el mayor potencial antitumoral lo presentan las variedades conocidas como demosponjas (demospongiae), que tienen apariencia de estropajo.
“Los invertebrados marinos fueron clasificados taxonómicamente por el biólogo de la Universidad Nacional, Sven Zea, y los análisis químicos de los extractos fueron realizados por investigadores de la Universidad de Antioquia”, precisa Diana Margarita Márquez Fernández, docente de esa institución.
El hallazgo se convierte en una alternativa promisoria para desarrollar medicamentos en contra de los tumores malignos, máxime si se tiene en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud, anualmente se diagnostican alrededor de 12,4 millones de nuevos casos de cáncer en el mundo.
Los avances
Para determinar con precisión la estructura molecular de las sustancias bioactivas de las esponjas que inhiben el crecimiento de células cancerígenas, la investigadora Diana Márquez tuvo que viajar a la Universidad de Niza (Francia), pues en Colombia no existen los equipos que permiten hacer este tipo de análisis. En el país europeo, en convenio con la biofarmaceútica multinacional PharmaMar, logró hallar en cuatro especies (de cinco promisorias), fracciones con una mezcla compleja de ácidos grasos que demostraron una importante actividad biológica contra líneas celulares de cáncer de mama, colon y pulmón.
Los ácidos grasos son moléculas que pertenecen al grupo de los lípidos y están presentes en los seres vivos (humanos, animales y plantas). Su importancia radica en que son moléculas energéticas, es decir que son significativas en todos los procesos que ocurren dentro de una célula. También cumplen una función reguladora dentro del organismo. Ello significa que son el punto de partida para la formación de otras moléculas que intervienen en el orden y control de procesos vitales como la respuesta inflamatoria, la temperatura corporal, los procesos de coagulación sanguínea, la contracción muscular, entre otros, explica la docente de la Universidad de Antioquia.
En las esponjas marinas estos ácidos grasos se encuentran en forma libre o integrando otro tipo de moléculas como fosfolípidos, glucolípidos y triglicéridos. Además, tienen la gran ventaja de que son menos citotóxicos para las células normales, pues según el investigador Juan Bautista López, biólogo genetista de la UN en Medellín, toda sustancia anticancerosa es tóxica: “Si llegamos a avanzar en la formulación de un medicamento, este tendría menos efectos secundarios que los medicamentos actuales en el organismo humano”, aclaró.
La profesora Márquez, de la Universidad de Antioquia, revela que en una de las esponjas se encontraron cuatro ácidos grasos que son moléculas nuevas. “Se trata de estructuras que no se han reportado en la literatura científica. Aspiramos aislarlas por técnicas de separación para estudiar su organización y luego sintetizar sus compuestos, y así observar si conservan su actividad antitumoral”, explicó.
Según la investigadora, estudios en el mundo han demostrado la actividad biológica de varios ácidos grasos contra hongos y parásitos como los que produce la malaria, e incluso contra la bacteria responsable de la tuberculosis.
“Nuestro interés son aquellos compuestos de los que podríamos obtener una molécula activa contra el cáncer”, dijo.
El potencial de las esponjas
Sven Zea, profesor del Departamento de Biología de la UN en Bogotá e investigador del Centro de Estudios de Ciencias del Mar (Cecimar), en Santa Marta, explicó que tan solo en las aguas someras del Caribe colombiano hay alrededor de 200 especies de esponjas y se conoce la taxonomía de casi 180. Agregó que gracias al trabajo de diversos grupos científicos se ha realizado la búsqueda de sustancias con potencial terapéutico en cerca de 70.
Contrario a lo que muchos podrían pensar, las esponjas no son plantas sino animales. Se trata de organismos primitivos que viven fijos en el fondo del mar y no se pueden mover, por lo que enfrentan una serie de problemas con los depredadores que aprovechan su sedentarismo. El biólogo Zea asegura que la mayoría de esponjas han desarrollado defensas químicas que tienen mal sabor, mientras otras son tóxicas.
“Las propiedades farmacológicas de estas sustancias como antibióticos, antitumorales, antiinflamantorios y antifúngicos han sido estudiadas por investigadores de todo el mundo. También sus características como antivirales, antimaláricos y en bioensayos para saber si tienen o no actividad”, explicó Sven Zea.
Lo que falta
El grupo de investigación de la Universidad Nacional adelanta un proyecto para cultivar las células obtenidas de las esponjas en biorreactores. “La idea es producir las sustancias de interés y así no alterar el ecosistema. Todo con el fin de llegar a un producto puro”, explicó Juan Bautista López Ortiz.
Hay que señalar que el camino para llegar hasta el fármaco comercial aún es muy largo. Luego de comprobar la actividad de las especies, hay que adelantar estudios preclínicos, analizar la toxicidad, los mecanismos de acción y finalmente hacer estudios clínicos.
Según Sven Zea, las investigaciones requieren de muchos años, y hasta el momento las drogas que han salido de organismos marinos, especialmente de esponjas, no pasan de una docena.
Por ahora, los esfuerzos se concentran en aislar la molécula que realmente allane el camino hacia el desarrollo de un medicamento que se convierta en alternativa natural para el tratamiento del cáncer, y que incluso resulte más económico con respecto a los que existen en el mercado.