DINERO 1/13/2016
Un informe de Credit Suisse pone de relieve la creciente desigualdad mundial de la riqueza y el efecto adverso para las economías emergentes por su debilidad cambiaria. América Latina la región más golpeada a mediados de 2015.
por DANIEL NIÑO TARAZONA
En los últimos años el debate sobre la desigualdad ha aumentado, en especial porque en los países desarrollados hay importantes retrocesos en la distribución del ingreso y de la riqueza, y persisten los altos niveles que históricamente han sido comunes en países emergentes.
El asunto es central para algunos economistas como Joseph Stiglitz, quien ve en la creciente desigualdad en todo el mundo una razón para que la demanda agregada global sea precaria. Por lo mismo, el crecimiento mundial es anémico y el Fondo Monetario Internacional ya comprende que estamos ante un escenario de mediocre desempeño.
Como las comparaciones de riqueza se hacen en dólares, los eventos de los últimos dos años ponen de relieve ahora retrocesos en la riqueza de los adultos en países emergentes. Según el informe de Credit Suisse, como región, América Latina es la que más retrocede con una caída del 17,1% de la riqueza promedio por hogar.
Mientras para los países ricos se usa la definición de aquellos con un promedio superior a los US$100.000 por adulto y Suiza lidera la lista con casi US$567.000, seguida por Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos; los países de riqueza intermedia son aquellos donde los adultos tienen una riqueza promedio entre US$25.000 y US$99.999. De este grupo en 2015 salieron Colombia, Malasia, Polonia y Croacia. De América Latina solo quedan Chile, México, Costa Rica y Uruguay en esa categoría.
Según el informe de la entidad financiera, Colombia pertenece ahora a los países de riqueza frontera, donde en promedio los adultos tienen entre US$5.000 y US$25.000 de riqueza. En esta clasificación está la mayoría de la población del mundo así como la mayoría de los países más poblados como China, Rusia, Brasil
El tema de la desigualdad resulta ser clave porque las personas de mayor riqueza gastan o son menos propensos a gastar que las personas de más bajos ingresos. Por lo mismo, dice Stiglitz “mientras el dinero fluye hacia la parte superior de la pirámide, la demanda por bienes y servicios baja”.
Los economistas no se ponen hoy de acuerdo en cómo afrontar la baja demanda mundial porque los debates sobre inequidad y desigualdad están politizados y polarizados ideológicamente.
Por ejemplo, en Estados Unidos el precandidato demócrata Bernie Sanders proclama en su campaña que los “ricos te están jodiendo” y envía cartas para conseguir fondos criticando a la “oligarquía” en su país, donde tradicionalmente estas posturas se entendían anti-capitalistas. El activismo de sus ideas se refleja según Bloomberg en que ha recibido más de 2,5 millones de donaciones. Ningún candidato en la historia, ni siquiera presidentes en reelección, lo han conseguido en la actual etapa de la campaña. También ha generado las más concurridas manifestaciones de cara las primarias electorales.
La pirámide de la riqueza de los individuos adultos
Para que un ciudadano del mundo haga parte del 50% más rico debe tener US$3.210 de riqueza pero para hacer parte del 10% ésta debe subir a US$68.800. Para pertenecer al 1% debe tener más de US$760.000 de riqueza. Norteamérica tiene la mitad de los millonarios del mundo.
1% TOP más rico
Lo curioso es que incluso la medición del 1% más rico, que ostenta más de la mitad de la riqueza mundial, por lo que para muchos es escandalosa, resulta disfrazar grandes diferencias. Es decir, si bien el 1% del mundo tendría más riqueza que el restante 99% de la población adulta en el mundo, lo cierto es que las diferencias son abismales entre ese 1%. Es así como sólo 123.800 individuos adultos en el mundo tienen más de US$50 millones y ostentan conjuntamente el 45% de la riqueza mundial.