Impacto de las transacciones comerciales fraudulentas en el fisco colombiano
Presentación
No hay dudas de la importancia del comercio para el desarrollo y progreso de las naciones. Durante miles de años el comercio ha sido una herramienta para que los pueblos conozcan otras culturas, aprendan de ellas y amplíen sus horizontes sobre la capacidad humana para crear mercancías, arte y diversas actividades que nos maravillan.
Pero la profunda concentración de la riqueza que vive el planeta en la actualidad, la más alta en la historia de la humanidad, ha posibilitado el diseño de sofisticadas estrategias a fin de reducir la carga tributaria. Los grandes capitales se valen de la globalización financiera y los acuerdos comerciales y de protección de inversiones sustentados en el libre flujo de capitales, para evadir y eludir el pago de impuestos. Según la Comisión Económica para América Latina, CEPAL, se pueden clasificar en tres tipos: 1) la proliferación de incentivos tributarios; 2) el desvío de beneficios hacia territorios con alta opacidad en la información financiera; y 3) los flujos financieros ilícitos derivados del comercio internacional y de las corrientes de capital (acá se ubica la manipulación de precios) (CEPAL, 2015).
Este es un problema mayúsculo para los países que ven deteriorados los recursos fiscales que se requieren para la inversión social en necesidades básicas y derechos de la población, los elementos de competitividad y el adecuado funcionamiento del Estado. Mientras algunas empresas esquilman a las naciones que les abren sus puertas para realizar sus actividades de negocios, los trabajadores y pequeños y medianos empresarios locales sufren las consecuencias de reformas tributarias cada vez más regresivas, que además afectan el poder adquisitivo de los mercados internos.
El objetivo de esta investigación es realizar un diagnóstico de los Flujos Financieros Ilícitos (en adelante FFI) relacionados con la manipulación en los precios del comercio internacional colombiano, es decir, la sub y sobre facturación de las exportaciones e importaciones.
La subfacturación de exportaciones se refiere a declarar que la exportación de determinado bien o servicio vale menos que el monto que realmente se recibirá por la transacción. De esta forma, el excedente nunca ingresa al país desde donde se realiza la transacción, sino que se queda generalmente en un paraíso fiscal, sin pagar impuestos.
La sobrefacturación de importaciones se refiere a declarar un valor mayor del que realmente tiene el bien o servicio que se compra en el extranjero. De forma que ese valor adicional sirve para justificar el ingreso de recursos de alguna actividad ilícita, es decir, para lavar dinero, o para exigir devoluciones de IVA sobre comercio que no se ha realizado.
Dado que se trata de transacciones ilícitas (ocultas) no existe una única metodología de medición ni estadísticas definitivas. Las estimaciones más utilizadas provienen de Global Financial Integrity (GFI), que se basan en una comparación de las estadísticas del comercio internacional entre socios comerciales. “Las distorsiones entre los valores de los socios pueden surgir en transacciones comerciales tanto entre empresas relacionadas de una misma multinacional (a través de precios de transferencia), como entre empresas independientes (donde existe colusión entre exportador e importador)”.
Esta modalidad se encuentra dentro del contrabando técnico que, según la definición otorgada por la DIAN, “hace referencia al acto de importar o exportar mercancías con los requisitos aparentemente completados, ¿utilizando una declaración incorrecta con el fin de evadir total o parcialmente el pago de tributos aduaneros o requisitos previstos por la legislación colombiana”.
Documento completo:
[gview file=»http://cedetrabajo.org/wp-content/uploads/2017/09/fisco_colombiano.pdf»]