8 de mayo de 2014
Tanto en las rondas de negociación como en las discusiones en las comisiones del Congreso, el Gobierno colombiano y los defensores delos TLC han justificado la firma del acuerdo con Corea por los supuestos beneficios obtenidos por Chile y Perú con Corea.
La realidad muestra que en ambos casos las pérdidas para estas economías suramericanas son significativas. Los TLC con Corea han generado una pérdida onerosa en la industria, mientras la agricultura no ha obtenido los beneficios esperados.
En el caso peruano, el TLC entró en vigencia en agosto de 2011. Desde entonces las exportaciones de esta nación hacia Corea cayeron 10%, al pasar de US$ 1.700 millones a US$ 1.530. Por su parte, las importaciones crecieron 7% en el mismo periodo, de US$ 1.500 millones a US$ 1.600 millones. La balanza comercial se ha deteriorado de manera notable considerable, pasando de tener un superávit cercano a los US$ 200 millones a un déficit de US$ 60 millones en 2013.
Al igual que Colombia, Perú cuenta con una oferta exportable altamente concentrada y reducida, lo que resulta en que las exportaciones tradicionales han crecido más que las no tradicionales. Tan solo 8 empresasubicadas en Perú exportan el 95% delos bienes totales. Todas ellas son transnacionales minero-energéticas como Glencore y Xstrata. De otra parte, las 10 principales empresas importadoras controlan el 57% de las compras totales. En estas sobresalen las de electrodomésticos, automóviles y demás productos industriales como KIA, LG, Samsung y Daewoo.
En tan solo dos años las exportaciones de automóviles compactos surcoreanos al país andino han crecido un 89,9%, mientras las de resinas sintéticas se han elevado un 85,7 por ciento y las de pantallas de televisión un 80 por ciento, sentando un precedente de lo que le espera a Colombia de ratificarse el TLC.
Lejos de obtener los supuestos beneficios en el sector agrícola, tan renombrados previamente, como se ha hecho en Colombia, las exportaciones agrícolas peruanas cayeron 39% entre 2011 y 2012 y no crecieron (0%) entre 2012 y 2013. El resultado se debe en parte a la exclusión por parte de Corea de más de 100 productos agrícolas en las negociaciones y los impedimentos para el ingreso de productos peruanos a sus puertos, alegando falta de calidad y medidas fitosanitarias. Entre los productos excluidos resaltan las cebollas, ajos, pimiento piquillo y páprika. Incluso el embajador coreano en Perú, afirma que “hay muchos productos peruanos, sobre todo en el sector agrícola, que tienen un gran potencial de crecimiento en mi país pero que no son exportados. No obstante, para consolidar esta meta, tenemos que trabajar conjuntamente en los meses siguientes para coordinar los detalles técnicos que faciliten este intercambio”. Es decir, el TLC con Corea se presenta como una gran oportunidad para los agricultores pero cuando el tratado entra en vigencia, los coreanos encuentran cualquier tipo de trabas y limitaciones (principalmente fitosanitarias) que impiden que los agricultores puedan exportar efectivamente sus productos al mercado asiático. Así lo confirma el viceministro de Comercio Exterior de Perú, Carlos Posada, quien asegura que los requerimientos sanitarios de productos agrícolas han sido enviados al Gobierno coreano de acuerdo con plazos establecidos en el acuerdo, pero la autoridad sanitaria de Corea no aprobó el ingreso de más de 15 productos.
El TLC de Corea con Chile tiene 11 años de implementación y cuenta con suficientes elementos de análisis para extraer importantes conclusiones sobre la conveniencia o no de tener un tratado comercial con el país asiático. Chile es un caso atípico: su ubicación geográfica le permite complementariedades con los países del hemisferio norte, en la producción de alimentos y bienes agrícolas que dependen de las estaciones climáticas.
No obstante, Chile se encuentra con serias dificultades en el intercambio comercial de productos agrícolas a Corea ya que este sector en el país asiático sigue gozando de importantes subsidios y protección desde el Estado, tanto para la producción como para la distribución y comercialización. Los productos más importantes de la agricultura y ganadería coreana que gozan de dicha protección incluyen el arroz, carnes de cerdo y pollo, tubérculos y hortalizas.
En los primeros cuatro años de implementación, las exportaciones chilenas a su socio coreano se incrementaron 274%, pero sus importaciones lo hicieron en 507%, evidenciando una notoria desventaja del país suramericano en este acuerdo. En 2012 el superávit chileno fue de US$ 2.100 millones, pero para 2013 disminuyó 23%, llegando a menos de US$1.600 millones.
Adicionalmente, el crecimiento de las exportaciones se debe en un 80% al cobre, seguido por la celulosa (6%). Los alimentos procesados representan un 5,4% del total exportado, mientras que las exportaciones frutícolas, forestales distintas de celulosa, y envíos de muebles, representan en conjunto alrededor de un 4%.
Al igual que en la negociación con Perú, Corea logro excluir mas de 400 productos del intercambio comercial con Chile, de los cuales la gran mayoría corresponden al sector agropecuario. Unos 302 productos fueron excluidos al denominarlos en la categoría “DDA”, en la que se especificó que se realizaría la desgravación arancelaria después de la culminación de la Ronda de Doha de la OMC. Esto nunca ocurrió, impidiendo la venta de productos chilenos como carnes bovinas y de aves, productos lácteos, miel,ajos, ciruelas, frutillas y jugo de uva. Las naranjas, otro producto “DDA”, se encuentran afectadas por un arancel muy alto (54,9%). Vuelve y juega, Corea no solo protege sus productos, sino que busca cualquier tipo de trabas y limitaciones para impedir el ingreso de productos chilenos a sus puertos.
Tal como lo alertó la OMC hace algunos años, “La política de protección de Corea es de carácter dual. La protección de los productos manufacturados, relativamente reducida, contrasta con los elevados niveles de protección y la escasa orientación al mercado en la agricultura, el sector más distorsionado”, demuestra que el TLC con Corea en términos agrícolas no es mas que una ilusión.
Contrariamente a las certezas encontradas en las exportaciones del sector minero-energético e importaciones de automóviles, electrodomésticos y textiles, no existe ningún tipo de evidencia internacional que permita demostrar que se pueda lograr beneficios importantes con este acuerdo económico. La oferta agrícola de Colombia cuenta con serias dificultades estructurales que no podrán solucionar con un TLC con Corea, donde se exigen elevados niveles de calidad, bajos precios, exigentes restricciones fitosanitarias, entre otras. Además, Colombia deberá competir con potencias agrícolas como EEUU, China, Nueva Zelanda, Australia y la Unión Europea, que abastecen casi en su totalidad la demanda de alimentos de Corea.
En conclusión, la evidencia internacional presentada por Chile y Perú en su intercambio comercial con Corea en el marco de TLC, muestra que estos tratados han servido para facilitar el abastecimiento coreano de productos minero-energéticos mientras sus empresas industriales obtienen mercados enteros a partir del desplazamiento de industrias locales. Por su parte, los supuestos beneficios en el sector agrícola nunca llegaron. Estas experiencias deben ser tenidas en cuenta para la discusión que se mantiene en la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes del Congreso que pretende ratificar el TLC con Corea.
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