Sayōnara producción y empleo nacional
En el Informe SIA # 14 se detallaron impactos de un posible TLC entre Colombia y Japón, entre otras cosas por la enorme asimetría que existe entre ambas naciones. También se mostró que en términos comerciales Colombia no es ganador en sus relaciones con el país asiático y que el grado de sofisticación del comercio beneficia ampliamente a Japón.
A punto de concluir la negociación con este país, es preocupante que las diferencias estructurales entre ambas economías se mantienen y que el Gobierno Nacional no esté en capacidad de presentar argumentos serios y estudios rigurosos que prueben la defensa del interés colombiano en este acuerdo.
Por eso es importante presentar nuevamente información relevante sobre la inminente amenaza para el país, por cuenta de la obstinación del gobierno de Juan Manuel Santos en suscribir este tipo de acuerdos. Los hechos están probando que Colombia es perdedor en todos y cada uno de los acuerdos suscritos. El Congreso de la República y la Corte Constitucional tienen una enorme responsabilidad por haber dado vía libre a su aprobación, sin analizar de fondo la conveniencia para el país.
En este sentido, se debe exigir a las ramas de poder que expliquen a los colombianos: ¿por qué las predicciones sobre los resultados que traerían los TLC no se han cumplido? ¿Por qué no se explica la causa de los pésimos resultados? ¿Por qué frente al fracaso, se sigue avanzando en esta política?
Como si no fuera suficiente, desde el Gobierno Nacional se esgrime con fuerza la propuesta de ingresar al Tratado Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), una asociación de superpoderosos en la cual Colombia no tiene nada que ofrecer, pero sí puede perder lo que queda de producción nacional.
Las asimetrías con Japón no las corrige el comercio
Es innegable la enorme asimetría que existe entre Japón y Colombia. El primero es la tercera economía más grande del planeta y el segundo la número 30. El PIB de Japón, de US$ 4,6 billones es 12 veces más alto que el de Colombia de US$ 377.700 millones. A su vez, el PIB Per Cápita japonés es 4,6 veces más alto que el colombiano.
El resultado de la enorme brecha se explica por las políticas públicas implementadas durante décadas. En Japón se han ejecutado medidas para dotar de competitividad al país, blindar la producción de alimentos, estimular la investigación científica para la producción industrial y defender a sus trabajadores. Mientras en
Colombia se ha actuado de manera sistemática para acabar con la producción agrícola e industrial, reducir los derechos de los trabajadores y privilegiar a un pequeño sector de la población a través de poner el Estado al servicio de los negocios del sector financiero y de las transnacionales minero-energéticas.
Esto puede evidenciarse en hechos como que a pesar de que Colombia es tres veces más grande que Japón en territorio, este último tiene 10 veces más porcentaje del área de tierra cultivable que el país suramericano. Adicionalmente, Japón ha desarrollado técnicas que le permiten cultivar “prácticamente en cualquier lugar: en el desierto, sobre cemento, en pantanos, en suelos contaminados, etc”[1], gracias a tecnología de punta que es resultado de la fuerte inversión en ciencia y tecnología del país nipón.
Así, mientras Japón gasta el 3,3% de su riqueza total en investigación y desarrollo, Colombia a duras penas llega al 0,17% del PIB. También, en Japón tienen 5.158 investigadores por cada millón de habitantes, cuando en Colombia solo hay 185 investigadores por cada millón[2]. Como resultado, en Japón se registran 275.000 patentes al año y en Colombia aproximadamente 1.667 patentes[3].
En competitividad la brecha entre ambos países es más alarmante. Japón está en el puesto 6 y Colombia en el 61, en el ranking medido por el Foro Económico Mundial. No hay un solo elemento en el que Colombia sea más competitivo que Japón. Por ejemplo, en innovación y sofisticación de los factores, Colombia está en el puesto 61 y Japón en el puesto 2; y en infraestructura Colombia ocupa el puesto 84 y Japón el 5° lugar[4]. Por último, la inversión de Japón en Colombia es de US$ 300 millones entre 2003 y 2014, mientras la de Colombia en Japón en ese mismo periodo es de US$ 2,2 millones.
No es de extrañar -entonces- que el comercio entre ambas naciones sea tan desigual. Colombia solo representa el 0,1% de las importaciones de Japón, porque los principales socios de este país son China, Estados Unidos, Australia, Arabia Saudita y Emiratos Árabes. Entre los 3 primeros está el 37% de las compras que hace Japón, y es con ellos que tiene que competir Colombia por un cupo en las compras niponas. Es necesario que el Ministerio de Comercio explique al país si a los mismos países con quienes Colombia pierde en su mercado local, ¿podrá ganarles por más acceso en un mercado a 14.000 kilómetros de distancia?
Una buena razón de por qué Colombia no logra más acceso al mercado japonés no está en la ausencia de acuerdos comerciales, sino en la falta de mayor oferta exportable. En efecto, el 90% de lo que vende Colombia es café, ferroníquel, flores y productos de café; y el 98% de lo que compra a Japón son bienes industriales[5].
Según el Gobierno Nacional, el comercio puede ayudar a cerrar estas brechas. El comercio con Japón no comenzará con la firma del acuerdo. Las relaciones diplomáticas entre ambos países comenzaron en 1908 y hay una importante historia de migración japonesa al país, especialmente al Valle del Cauca, que inició en 1929.
Sin embargo, nunca en la historia de las relaciones comerciales con Japón ha habido una balanza comercial positiva para Colombia y en los últimos 34 años el déficit alcanza cerca de US$ 16.000 millones. Además, desde 1971 la composición de las exportaciones colombianas se ha deteriorado en cuanto a la sofisticación de las mismas. En 1971 el 78% de lo que vendía Colombia a Japón eran exportaciones no tradicionales. Para 2005 solo era el 16%. ¿Esta situación se debe a la falta de un TLC o al fracaso de la política económica de producción y diversificación de exportaciones colombiana?
Relaciones comerciales con Japón para 2015
Los datos del DANE revelan que las exportaciones a Japón, en el periodo enero a agosto de 2015 experimentaron un crecimiento de 31,4%, al pasar de USD 280 a 368 millones. En cuanto a las importaciones, entre enero a julio de 2015 cayeron 10,8%, de USD 877 a 782 millones.
Es importante recordar que de las exportaciones colombianas al país nipón, entre enero a agosto de 2015 el 52,5% fueron café, el 24% combustibles y el 9% flores, mientras las compras que realiza Colombia a ese país son bienes industriales. Esto explica por qué el balance comercial a julio todavía presentaba un déficit por USD 469 millones.
Al que no le guste el TLC se le da el TPP
El TPP es un TLC recargado, escrito por Estados Unidos y que agrupará a 12 economías que representan el 40% del comercio global, entre las cuales está Japón, Canadá, Australia, México, Chile y Perú. De estos países mencionados, con el único con el cual Colombia no tiene un TLC es con Japón, que está a punto de firmarse, aunque ya cuenta con un Acuerdo de Protección de Inversiones, que es al almendrón de los acuerdos comerciales.
Según la Oficina Comercial de Estados Unidos, este nuevo acuerdo “nivela el campo de juego para los empresarios y trabajadores americanos (sic) (…) eliminando 18.000 impuestos en forma de aranceles que varios países ponen sobre los productos Hecho en América”. Además, el TPP “capitaliza la posición de [Estados Unidos] como el líder mundial en exportación de servicios”[6]. En este acuerdo no está China y hay una explicación para ello: según el presidente Barak Obama, “no podemos permitir que países como China escriban las reglas de la economía global; nosotros debemos escribir esas reglas”. Sin embargo, analistas afirman que lo expresado por Obama es retórica interna, puesto que los principales países del TPP ya tienen acuerdos comerciales con China, e incluso Estados Unidos está negociando uno de inversiones con ese país, además ha dejado la puerta abierta para que China pueda ingresar con ciertas condiciones.
Los empresarios japoneses también se beneficiarán del TPP, especialmente en la industria automotriz. Este país cuenta con 26 ensambladores en Estados Unidos, desde donde se construye el 70% de los vehículos con la marca japonesa que se venden en el país del Norte, así como el 80% de sus partes[7]. Otro sector empresarial que se lucrará el TPP es la industria de electrónica japonesa, con maquilas en Vietnam, en donde tendrá más protección a la inversión para desarrollar sus actividades.
En cuanto a la agricultura, uno de los sectores en los cuales Colombia hace cuentas alegres en un posible TLC con Japón, este país ha anunciado que “reforzará el sector agrícola para prepararse para la liberalización del mercado en el marco del TPP”[8], el cual de hecho ya tiene enormes barreras sanitarias y fitosanitarias para su ingreso.
El gobierno de Santos ha expresado reiteradamente su interés de que Colombia ingrese a este acuerdo, pero el país no hace parte de la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico), y es visto con recelo por este grupo de naciones por cuenta del abandono en que se encuentra el Pacífico colombiano. Sin embargo, un primer paso en ese camino se dio con la firma de la Alianza Pacífico, cuya principal característica es la plena identidad que existe entre México, Colombia, Perú y Chile en la defensa de los intereses de las transnacionales estadounidenses y japonesas.
Es evidente que la firma de un TLC con Japón sería un requisito que el gobierno de Santos tendría para pedir la adhesión al TPP, acuerdo que ya se terminó de negociar y al que Colombia se vincularía sin posibilidad de modificar una sola coma. Con un agravante, y es que la Alianza del Pacífico ya abrió la posibilidad de sumarse a otras iniciativas sin realizar trámite por el Congreso de la República ni la Corte Constitucional.
Japón ha emprendido una estrategia para recuperar su posición en la economía global, invirtiendo más capital en la producción, incrementando la capacidad de compra de sus habitantes y fortaleciendo el consumo doméstico. Al mismo tiempo, el gobierno colombiano implementa una política de austeridad para el pueblo, mayores impuestos a los productores, menos salarios y la profundización de acuerdos lesivos para la economía.
Viendo el éxito reciente en el crecimiento, alcanzado por Japón con su política en defensa de sus intereses nacionales, quizás los colombianos debamos prestar más atención a los ‘Abenomics’ del Primer Ministro japonés, como se le conoce a su receta, en reemplazo de las frases de motivación personal de la Ministra Álvarez-Correa.
El círculo virtuoso de crecimiento económico, según el primer ministro Shinzo Abe.
Fuente: Gobierno de Japón (Verano de 2014). “Abenomics” is progressing!. Recuperado de:http://www.japan.go.jp/tomodachi/Features/Abenomics.html
[1] Gobierno de Japón (Otoño de 2015). Somos Tomodachi. La nueva tecnología permite cultivar en tierras yermas. Recuperado de: http://www.japan.go.jp/_src/268775/autumn15es_30-31.pdf
[2] Banco Mundial. Indicadores por países.
[3] World Trade Organization.
[4] World Economic Forum. The Global Competitiviness Report 2015-2016.
[5] Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia. Oficina de estudios económicos. Perfil por países.
[6] United States Trade Representative. Overall U.S. Benefits. Disponible en: https://ustr.gov/tpp/#overall-us-benefits
[7] The Wall Street Journal (6 de octubre de 2015). Japan’s Car Makers Embrace Trans-Pacific Partnership. Recuperado de: http://www.wsj.com/articles/japans-car-makers-embrace-trans-pacific-partnership-1444114976
[8] The Japan Times. ‘Farm chief eyes promotional blitz to brace for TPP’. Disponible en:http://www.japantimes.co.jp/news/2015/10/18/business/farm-chief-eyes-promotional-blitz-brace-tpp/#.ViO0Vn4vfb0