Recalca, 10 de febrero de 2014
La mayoría de los medios de comunicación se han hecho eco de los informes optimistas del gobierno acerca de la Alianza del Pacífico. Ya habían anunciado que habría una liberación comercial del 100% del universo arancelario en junio de este año y que era un proceso de integración “profunda”.
En realidad la Alianza es un TLC, para pertenecer a ella hay que tener TLC con Estados Unidos, la Unión Europea y con los demás miembros de este acuerdo. Los temas que se negociaron son los que se incluyen en todos los TLC y que se incluyeron en la fracasada Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA, que como todos los TLC incluye temas de cooperación y competitividad.
No es una propuesta de integración regional ni latinoamericana. Es un escalón en la liberalización comercial mundial patrocinada por la OMC y dentro de los países que aspiran vincularse están en primer lugar aquellos que cumplen el requisito de tener abundantes TLC, requisito que cumplen básicamente los países de Centroamérica y República Dominicana y también toda clase de países extra continentales que apuestan a hacer sus negocios en la región y que buscan destinos para sus exportaciones.
El comercio de los países fundadores entre sí solo representa aproximadamente el 5% de su comercio exterior y en muchos aspectos los socios son más competidores que aliados por cuanto tienen estructura productiva similar.
A pesar de la propaganda oficial lo cierto es que con los socios hay numerosas disputas, como es el caso de las salvaguardas que aplicó Colombia a Perú o el control de las importaciones de alambrón procedente de México.
En muchos aspectos hay una diferencia abismal. Con México, por ejemplo en la producción de automóviles y hay con este país un enorme déficit comercial que no es compensado con el pequeño superávit con los demás socios.
La realización de la Cumbre en Cartagena es una muestra del abandono de Colombia a la región del pacífico y es ampliamente conocido que los costos de llevar mercancías desde el interior hasta los puertos costeros, aumentan los costos en aproximadamente un 30%, mientras que los socios de la Alianza no solo ya tienen un terreno ganado sino que forman parte del proyecto del Tratado Transpacífico que es un TLC plus promovido intensamente por Estados Unidos y al cual Colombia quiere adherir también.
Ante la evidencia de los perjuicios ocasionados y la protesta popular, el gobierno había anunciado que no suscribiría más TLC la formalización de los protocolos comerciales ha incumplido por enésima vez su palabra.