Mientras el movimiento reclama cambios, líderes del sector consideran que el debate tiene que ser plural y está en manos del Consejo Nacional de Educación Superior.
Con un cese de actividades busca exigir la atención del Gobierno frente al déficit del sector educativo que, según el movimiento, asciende a los $11,3 billones, así como otras de sus propuestas para una nueva política de educación superior (ver ‘Lo que pide la MANE’).
Esta y otras peticiones han sido las mismas desde 2011, cuando las presiones de la MANE y otros sectores de la academia lograron detener la propuesta del Ministerio de Educación Nacional de reformar la Ley 30 de Educación Nacional.
Ante la presión social, el Ministerio de Educación, en cabeza de María Fernando Campo, decidió echar para atrás la reforma y convocar a los diferentes actores del sector para, entre todos, construir una propuesta.
Por ello, en julio de este año, el Mineducación delegó al Consejo Nacional de Educación Superior (CESU), un organismo colegiado integrado por representantes de las comunidades académicas y científicas, del sector productivo del país y por algunos representantes de las instituciones oficiales relacionadas con el sector, para que a finales de este año entregara una propuesta integral de reforma a la educación superior.
Sin embargo, no conforme, la MANE se declaró detractora de esta estrategia y no reconoció al CESU como el órgano oficial para generar este diálogo en torno a la educación superior. La MANE, a través de sus voceros, dejó claro que los estudiantes que la integran no son sólo un actor en el debate, sino que su propuesta de reforma merece un espacio distinto al de otros actores.
Alberto Uribe, rector de la Universidad de Antioquia y quien hasta hace tres semanas formó parte del CESU, cree que la vocería en este gran debate nacional ya está clara y es el CESU, “un organismo plural con representación de distintos sectores, no sólo de educación sino del sector productivo”. Además señaló que el CESU descartó que se vaya a elaborar un nuevo proyecto de ley. En cambio, se han concentrado en formular una política que será presentada al país en diciembre y se espera que se implemente en las próximas elecciones.
Los miembros de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), conformada por estudiantes de 32 universidades públicas del país, volverán a las calles.
* Obdulio Velásquez, Rector de la Universidad de la Sabana
En el interior del CESU trabajamos todos los actores de la educación superior con las propuestas que se presenten. Varias organizaciones de estudiantes han presentado la suya, y la MANE tiene la libertad de hacer lo mismo. Nos parece que el diseño de una política pública de educación no se puede hacer con un solo actor. En cuanto a las discusiones, encontramos que hay gran preocupación por el tema de financiamiento de la educación superior.
* Johanna Pacateque, Representante estudiantil ante el CESU
“El CESU es asesor, más no decisorio. En mi caso, represento a los estudiantes de universidades públicas y privadas, con quienes actualmente estamos desarrollando una propuesta de financiación de la educación superior con la que esperamos llamar la atención, ya que el Presupuesto General de la Nación debe quedar aprobado el próximo 20 de octubre. No queremos ser antagónicos, queremos ser propositivos. Por eso tenemos diferencias con la MANE y llevamos un proceso diferente. Sin embargo, para esta jornada de movilizaciones queremos llamar la atención sobre la crisis del sistema educativo mediante un acto simbólico con banderas”.
* Francisco Cajiao, asesor de la Unesco y del Ministerio de Educación
“Hay que evaluar qué tan viables son las propuestas de la MANE. El planteamiento que exponen de la gratuidad es difícil de negociar: con el esquema actual en Colombia y con la limitación de cupos en las instituciones públicas, se corre el riesgo de que se convierta en un mecanismo regresivo y que favorezca mucho más a las personas de más recursos. Por último, para la negociación de una reforma, la MANE debe entender que no son los únicos en el debate y que hay otros con voz y voto”.
Redacción Vivir | elespectador.com