Por Leonardo Jiménez Molinello, director de CEDETRABAJO Cartagena.
El gobierno de Gustavo Petro ha presentado en días pasado ante el Congreso de la República su tan anunciada reforma tributaria, la cual según declaraciones del ministro de hacienda José Antonio Ocampo, es una reforma que tiene como base «la progresividad tributaria».
La reforma tiene como objetivo fiscal recaudar $25,9 billones a través de aumentar la tributación de las personas naturales, y una serie de nuevos impuestos como el impuesto a la explotación del subsuelo, el cual se le cobrara a las exportaciones del petróleo que se ubiquen en 45 dólares; o a las exportaciones de carbón cuando la tonelada se ubique en 87 dólares; igualmente al oro; a las bebidas azucaradas; y a los alimentos ultra procesados. Estos últimos representan un golpe muy duro a los sectores más pobres que son los que consumen 4 veces más estos alimentos.
Al revisar en detalle el texto de esta reforma encontramos que no es cierto la tan difundida «progresividad tributaria» que tanto predican Petro y Ocampo. Un ejemplo es el impuesto de renta para las empresas, el cual se le mantiene la misma tarifa de 35 % para las pequeñas, medianas empresas, desconociendo así la profunda e inequitativa pirámide empresarial que existe en el país y en ciudades como Cartagena, donde el 96% son Mipymes.
De acuerdo con estadísticas oficiales [DANE, SIREM, y Confecámaras], existe en el país una alta concentración de ganancias empresariales en pocas manos. Las 1’379.284 empresas que hay en Colombia, producen ganancias por $262 billones, de las cuales 1.000 empresas concentran el 34% de las ganancias, lo cual refleja una profunda inequidad empresarial en el país.
En Cartagena la realidad no es diferente. Los activos de las 28 mil empresas que hay en la ciudad, están en el orden de $75,4 billones en el 2019. Sin embargo, las micro, que representan el 91% del universo empresarial de la ciudad, solamente participa con el 0,9% del total de los activos. Las Pequeñas y medianas que son el 8,1% de las empresas tienen el 14,8% de los activos, y las grandes empresas que tan solo son el 0,6% del total, concentran el 84,2% de los activos.
Y frente a esta realidad, la reforma tributaria de Gustavo Petro no establece una tarifa diferencial para las empresas en el país, y pone a pagar el mismo impuesto de renta a una mega empresa como Claro, de propiedad del hombre más rico de América latina, que a una pequeña empresa industrial ubicada en el barrio El Bosque en Cartagena.
En últimas, la tan promocionada reforma tributaria del gobierno del “cambio”, no avanza en resolver las grandes desbalances que existen en el sector empresarial del país y de Cartagena. Todo lo contrario, mantiene el statu quo inequitativo de siempre.
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