Tomado de la pagina del Centro de Estudios Latinoamericanos – CELU –
En la Cumbre de Panamá Obama fue blanco de varios ataques por su política intervencionista en el continente, especialmente por el caso de Venezuela. Sin embargo, el restablecimiento de las relaciones con Cuba logró opacar en alguna medida los señalamientos además de ocultar los temas que distancian a Estados Unidos y América Latina.
En la Cumbre de las Américas desarrollada en Panamá, se pudo medir el estado de las relaciones entre América Latina y Estados Unidos. Es necesario leer entre líneas los discursos pronunciados durante la sesión plenaria, y ver las conclusiones de los encuentros bilaterales que se realizaron en el marco del evento.
Como era de esperarse el tema central en Panamá fue el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, fueron unánimes los comentarios favorables de cada presidente y representantes de los 35 Estados que componen al continente. El esperado discurso de Raúl Castro, se encargó de señalar el intervencionismo de Estados Unidos desde la guerra hispanoamericana que saco a España de la Isla: “llegaron como aliados y terminaron como ocupantes”, al mismo tiempo hizo hincapié en las afectaciones del bloqueo económico y cómo el pueblo cubano ha logrado hacer frente a las medidas impuestas. Sin embargo, Castro sorprendió con elogios y alabanzas dirigidos a Obama, a quien pidió disculpas y exoneró de cualquier responsabilidad sobre la política exterior estadounidense frente a la isla: “Le pido disculpas porque el presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad con nada de esto. ¿Cuántos presidentes hemos tenido? Diez antes que él, todos tienen deuda con nosotros, menos el Presidente Obama”. “el Presidente Obama es un hombre honesto (…) Admiro su origen humilde, y pienso que su forma de ser obedece a ese origen humilde”.
Las sanciones a Venezuela, también marcaron el ánimo de la Cumbre. Los países ligados al ALBA, más Uruguay, Argentina, Brasil y otras naciones del Caribe condenaron en algún grado a Estados Unidos por las sanciones unilaterales hacia el gobierno venezolano y su caracterización como “amenaza a la seguridad nacional”.
Los países ligados a Alianza Pacífico, a pesar de haber firmado declaraciones en ese sentido, en organismos como UNASUR y CELAC, se abstuvieron de mencionar la situación, eliminando la unanimidad que Venezuela aspiraba frente al tema. En su discurso Nicolás Maduro, rechazó y denunció el intervencionismo de Washington producto del decreto sancionatorio, recordó y condenó la participación de Estados Unidos en los golpes militares de la segunda mitad del Siglo XX y la invasión a Panamá de 1989, además recalco la defensa de la soberanía venezolana y llamó la atención de la posición de Washington de no aceptar el embajador que desde hace varios meses designo para representarlos. ““Los problemas que tengamos los venezolanos los resolvemos de acuerdo a nuestra constitución“. Sin embargo, en menor medida que Raúl Castro fue condescendiente con Obama, “El Pdte. Barack Obama no es George W. Bush, eso sería una incongruencia decirlo” “Yo respeto pero no confío en usted Pdte. Obama. Yo le extiendo mi mano para que resolvamos las diferencias que tengamos (…) No somos anti estadounidenses, queremos futuro con los Estados Unidos”. Además, resaltó los esfuerzos de Estados Unidos para solucionar las diferencias, hecho que se manifestó con la visita del enviado especial Tomás Shannon, al cual le declaró que estaba en disposición de dialogar con respeto y sinceridad.
Finalmente, en el marco de la Cumbre, Obama y Maduro se reunieron durante 10 minutos, en los cuales Maduro señaló que podría “abrirse un proceso de negociaciones con Estados Unidos”.
A pesar que líderes como Correa, Kistchner y Morales condenaron ampliamente la política estadounidense, el restablecimiento de relaciones con Cuba, la cierta distensión con Venezuela, su anuncio de una visita de Dilma Rousseff a su país en el mes de junio, eliminando los roces por el escándalo de espionaje de 2013, además de su visita a Jamaica, sus referencias a la importancia de Centroamérica y el Caribe para Estados Unidos y su propuesta de nuevas formas de colaboración energética con el fin de restarle peso a Petrocaribe, que encabeza Venezuela; Obama logró salir de la Cumbre con menos contratiempos de los que se vaticinaban..
Se dejaron a un lado temas como el fracaso de la guerra contra las drogas, la militarización del continente, la política migratoria, la disputa de las Malvinas, la independencia de Puerto Rico, la política de Derechos Humanos, los temas medio ambientales, entre otros temas, que distancian a Estados Unidos y la región.
Los presidentes Evo Morales, Rafael Correa y Cristina Fernández encabezaron y mantuvieron los cuestionamientos de la política de Estados Unidos hacia la región, característicos desde la Cumbre de Mar del Plata. Correa cuestionó la política de Derechos Humanos de los Estados Unidos y reclamó que este no haya firmado los protocolos interamericanos de derechos humanos, igualmente los culpó de patrocinar las elites que han afectado a los países latinoamericanos: “Presidente Barack Obama, usted sostiene a las élites que tanto daño nos han hecho”. Evo comenzó su intervención señalando “Entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe, hay más historia de fracaso que de éxito, hay más relaciones asimétricas, que proyectos de integración norte- sur”, igualmente manifestó que “Los Estados Unidos sigue viendo a esta región como su patio trasero”.
Durante la Cumbre poco se habló del papel de la OEA y su relación de los proyectos integracionistas que se han venido promoviendo en la región como la CELAC y UNASUR. El único en proponer sobre la mesa fue Rafael Correa, quien determinó que CELAC debe ser la herramienta de diálogo político de América Latina y el Caribe, donde surtan las discusiones propias de la región, y la OEA pasaría a ser un espacio de cooperación y diálogo entre la CELAC como bloque y América del Norte.
La Cumbre no produjo ni declaración, ni plan de acción y aún quedan pendientes decenas de temas que rigen las relaciones entre Estados Unidos y el resto del continente. No se avanzó en la discusión sobre el papel de la OEA y los procesos regionales independientes que se han venido desarrollando. Más allá de la euforia generada por la llegada de Cuba, la Cumbre mostró que a Obama aún le falta camino para restaurar su influencia en América Latina y el Caribe.
http://celu.co/lo-que-se-dijo-y-no-se-dijo-en-la-cumbre-de-panama/