Las mujeres siguen siendo las más afectadas a la hora de conseguir, conservar y tener remuneración laboral.
La problemática del mercado laboral en Colombia con respecto a las brechas de género es aún muy amplia, a pesar de las reformas propuestas por los gobiernos anteriores y las promesas del entrante, se presenta desde hace varias décadas, Durante los últimos años, se han presentado cambios en la metodología sobre la cual se realizan las estadísticas que actúan como fuentes primarias para los estudios sobre mercado laboral.
Uno de estos cambios tiene que ver con que, antiguamente, las estadísticas se lograban a través del marco de la Nueva Encuesta Integrada de Hogares, registradas en el censo del año 2005 y no fue sino a partir de este año 2022 que se actualizó este registro con datos del censo de 2018, lo que ha permitido una evolución demográfica en las estadísticas. Sin embargo, es una evolución que llega tarde y con retraso, pues los datos recolectados tienen cerca de 4 años de diferencia con el presente.
La edad de la población en edad de trabajar, que antes era de 10 años y ahora, debido a nuevas normas internacionales impuestas por la OIT (Organización Internacional del Trabajo), es a partir de los 15 años, una norma que, además, permitió una mayor inclusión a poblaciones diferenciales. No obstante, esto tuvo consecuencias ya que se presentó una sobrestimación estadística en el sector urbano y una subestimación en el rural, además de una inclusión de nuevos departamentos que antes no estaban contemplados en el censo de población en capacidad para trabajar en Colombia.
Por otro lado, la tasa de desempleo en el país, durante los meses de mayo, junio y julio del año 2020, sufrió uno de los picos más grandes registrados y a partir de ahí se vio un notable descenso. “Esto tiene que ver con la reactivación económica post pandemia, ya que en mayo de 2022 hubo una disminución significativa que representó un 10,5% en la tasa de desempleo, un avance positivo pues se acerca a las cifras presentadas en 2019. De igual forma, es necesario tener en cuenta que aunque la gráfica disminuyó, las cifras presentadas en torno al desempleo en Colombia antes de la pandemia no eran muy favorables en comparación con otros países de la región”, explicó Ana María Gutiérrez, economista y miembro del equipo de investigaciones de Cedetrabajo
Frente a la estructura del mercado laboral en Colombia, aunque se había hablado de un logro conseguido por las mujeres en términos de equidad e igualdad de oportunidades laborales frente a los hombres ya que para junio de 2022, de acuerdo con las estadísticas presentadas en torno al crecimiento de las personas que consiguieron empleo, el 55% fueron mujeres; la realidad es que solo el 40% de las mujeres salieron del desempleo, el 15% faltante corresponde a la cifra de mujeres que estaban fuera de la fuerza laboral.
En otras palabras, la fuerza laboral que implican las mujeres se enfoca en las labores del hogar, por lo tanto, se ubican dentro de una variante prácticamente invisible que corresponde a la población que, aunque no está buscando un empleo propiamente, si aceptarían uno en caso de que se presente la oportunidad, a esto se le llama fuerza de trabajo potencial. Las mujeres representan el 70% de la población bajo este concepto y su gran mayoría están dedicadas al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. La fuerza de trabajo potencial camufla desempleo y al ser tenida en cuenta con la desocupación la tasa de desempleo aumenta por lo menos 5 puntos porcentuales.
Es un hecho que durante años se han brindado subsidios a las poblaciones menos favorecidas, entre ellas las mujeres, pero con esto no es suficiente, pues las mujeres hoy en día prefieren trabajar y recibir sus propios ingresos, para ser independientes y tomar decisiones, sin depender de los aportes masculinos en el hogar. Por lo tanto, es necesario generar políticas públicas que permitan a las mujeres tener más y mejores oportunidades en el mercado laboral, así como garantizar el cuidado de las personas a su cargo (infantes y personas mayores), para poder emplearse. De forma que se tengan en cuenta sus condiciones sociales y así conseguir una disminución realmente significativa de la brecha de género en el país.
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