Libardo Gómez Sánchez, Diario del Huila, Neiva, octubre 21 de 2013
En quechua mink’a o minga significa “trabajo colectivo hecho en favor de la comunidad”; en sus orígenes se relacionaba con la siembra comunitaria o el arreglo de bienes comunales en infraestructura local, con el transcurso de los tiempos y en la época actual como un mecanismo de resistencia a los embates de los gobiernos que agencian intereses transnacionales y otros factores que violentan la vida y la integridad de los pueblos indígenas, han optado por darles una connotación más de carácter político de tal manera que ha contribuido a su organización social para adelantar movimientos de resistencia que reivindican sus derechos y procuran frenar la violencia, el despojo y los atropellos de que son objeto; desde el resguardo Pickwe Ik del municipio de la Argentina Huila JOSÉ EVELIO PETE con el ánimo que lo caracteriza salió el lunes 14 muy a la madrugada con su comunidad para desplazarse en la chiva al punto de “El Pescador” un espacio que dentro de la cosmogonía indígena representa un punto propicio para juntarse y plantear sus reivindicaciones, el comunero trabajador y rebuscador como los demás, al que el tiempo le ha ido restringiendo sus opciones de vida, ha probado con todo lo que ha visto que sus vecinos siembran, entre otros maíz que combinó con algo de ganado y leche y ahora café por lo que este año estuvo ya en los dos paros agrarios agobiado por los bajos precios del grano y los altos costos de producción, atendiendo el llamado de sus mayores es otro de los miles que participan en la Minga Social, Indígena y Popular en 23 Departamentos con cerca de cien mil manifestantes con la consigna de defensa de la Vida, el Territorio, la Autonomía y la Soberanía; desafortunadamente, José Evelio que esperaba mantenerse en la protesta pacífica planteada por la dirigencia Indígena terminó siendo otra víctima de la violencia direccionada desde los organismos de seguridad del Estado y puede terminar perdiendo un brazo que recibió el machetazo de un agente del ESMAD, es la respuesta reiterada que ofrece quien nos mal gobierna.
La segregación a que se ven sometidas las comunidades indígenas por los prejuicios de algunos, ahora se ve reforzada por el desplazamiento que origina la política energética del gobierno en los territorios ocupados por los cabildos que albergan a las comunidades aborígenes, conscientes de esta amenaza reclaman se respete las consultas que la constitución obliga y se renegocien los Tratados de Libre Comercio que amenazan la Soberanía Alimentaria.