Por: Julian Carvajal / @juliancarvajal_
Mientras el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, celebra el supuesto buen momento que vive la economía colombiana, nuestros productores nacionales de leche y sus vacas, chapucean para poder sobrevivir en medio de un mar de leche importada.
En Colombia, cae una fuerte tormenta de productos lácteos que está arrasando con el sector lechero nacional. Cientos de miles de colombianos, y sus familias, dependen de manera directa de la actividad, pero el mal tiempo económico por el que pasan, y que se debe en gran medida a los nubarrones formados por el fenómeno de los TLC, los tiene al borde de la catástrofe económica. No hay paraguas que resista la fuerte arremetida de la borrasca lechera que se condensó sobre Europa y los Estados Unidos para terminar desatándose sobre nuestro país.
El mal tiempo lechero se puede sentir en toda Colombia y las cifras muestran cómo ya se forma un río de gran caudal foráneo en el que no hay cabida para nuestros industriales, ganaderos y campesinos.
El cielo se comenzó a opacar para los lecheros colombianos cuando se firmaron los Tratados de Libre Comercio, TLC, que han permitido la gran entrada de productos lácteos. Según datos de la Federación de Ganaderos (FEDEGAN), para junio de 2014, EE.UU. incrementó sus exportaciones de leche en polvo descremada hacia Colombia un 75 %, y de leche en polvo entera en un 643 %. Un año después de la firma del TLC con la Unión Europea, países como Holanda, República Checa, Italia y Francia aumentaron sus exportaciones de lácteos hacia Colombia en un 349 %, 280 %, 200 % y 132 % respectivamente. FEDEGAN también señala que la Unión Europea envió a Colombia durante el 2014, cerca de 3.270 toneladas de productos lácteos. El DANE por su parte dice que en los primeros 9 meses de 2014, las importaciones de productos lácteos por parte de Colombia aumentaron un 52,9 % y las exportaciones cayeron un 9,4 %.
Para 2015 la tormenta parece arreciar con más fuerza. Las importaciones de lácteos han aumentado un 109 % en el primer semestre, siendo históricamente las más altas, según el economista Óscar Cubillos Pedraza.
Pero acá no hay dato o experto que valga para el gobierno Santos, que tras su gruesa capa neoliberal que lo aísla de la realidad económica del país para solo dejarlo actuar en favor de los intereses extranjeros, ve como una inmensa y gruesa nata con alto contenido de TLC ahoga la industria lechera colombiana. Mientras, su Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, navega sobre el océano de la desgracia de nuestro campo diciendo que estamos bien, al tiempo que extiende sus manos para recibir el premio como el mejor ministro de finanzas 2015, según Euromoney.
En el horizonte las nubes se ven cada vez más negras, con ganas de huracán, de esos huracanes que arrancan todo de raíz y no dejan señal de lo bueno que hubo allí. No se vislumbra futuro para nuestra industria lechera. No para de llover y el negocio de los TLC no cuajó para nosotros.