El ministro Juan Manuel Santos, que en su corta gestión no ha cesado de prometer sudor y lagrimas a los colombianos, el 7 enero escribía en El Tiempo: “La consigna debe ser entonces: ni un impuesto más. No solo porque el bolsillo de los colombianos no lo resiste, sino porque desde el punto de vista de la praxis económica sería totalmente contraproducente”. En menos de seis meses resultó haciendo todo lo contrario, aplicando los postulados de la “Tercera Vía” conque asumió la cabeza del ministerio de finanzas. Esta distancia entre las palabras y los hechos, muestra una característica de muchísimos dirigentes colombianos: que tienen mucho aspiraciones más fuertes que la solidez de sus convicciones y que mienten sin ningún escrúpulo, se contradicen o cambian de opinión de un día para otro.
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