El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, propuso que el aumento del salario mínimo para 2025 sea cercano al 6,5%. Esta cifra, es la menor comparada con los incrementos de doble dígito registrados en años anteriores. Bonilla explicó que las negociaciones comenzaron con una base del 5,2%, a la cual se añadiría un ajuste relacionado con la productividad, alcanzando un total preliminar del 6,2% o 6,5%.
Realidad económica de los trabajadores en Colombia
Según Edwin Villamil, experto laboral, en entrevista al Diario Vanguardia, un hogar de cuatro personas necesita al menos $1.741.500 mensuales para superar la línea de pobreza. Actualmente, el salario mínimo no cubre este monto, quedando corto en un 23%, sumando subsidios.
En Colombia, una importante proporción de la población ocupada percibe ingresos por debajo del salario mínimo. Según datos del Ministerio del Trabajo, cerca del 43,9% de los trabajadores, es decir, aproximadamente 10 millones de personas, ganan menos de esta cantidad. Además, el 14,8%, equivalente a 3,3 millones de personas, recibe exactamente un salario mínimo.
En términos de ingresos superiores, el panorama sigue siendo limitado. Alrededor del 23,4% de los ocupados, unos 5,3 millones, ganan entre uno y dos salarios mínimos. Solo el 4% de los trabajadores perciben más de cuatro salarios mínimos, lo que representa menos de un millón de personas, mientras que unos 2 millones tienen ingresos entre dos y cuatro salarios mínimos.
Incrementos recientes en el salario mínimo
En cuanto al incremento del salario mínimo, este mostró un crecimiento promedio anual del 5,8% entre 2014 y 2019. Posteriormente, tras la pandemia, se registraron incrementos más pronunciados: en 2022 subió un 10%, alcanzando $1.000.000; en 2023 un 16%, fijándose en $1.160.000; y en 2024 se incrementó un 12%, llegando a $1.300.000.
De acuerdo con el Grupo Proindustria, “solo el 25% de la población en edad de trabajar tiene empleo formal, y al excluir los trabajadores del sector público, esa cifra es el 18,1%. La falta de formalización laboral es un síntoma de un problema estructural que la reforma podría agravar”.
Comparaciones regionales que dejan a Colombia en desventaja
En América Latina, varios países superan a Colombia en términos de salario mínimo. Panamá, Bolivia y México encabezan la lista, evidenciando el rezago de Colombia en la región. Mientras tanto, en Europa, incluso los salarios más bajos duplican o triplican los ingresos que perciben los trabajadores colombianos.
Por ejemplo, en España, el salario mínimo equivale a casi cinco millones de pesos colombianos. En contraste, el 85% de los trabajadores en Colombia gana menos de dos salarios mínimos. Esta brecha refleja una deuda histórica con la clase trabajadora y limita las oportunidades de desarrollo económico.
Aspectos centrales de la negociación sobre el salario mínimo 2025
El ajuste del salario mínimo en Colombia para 2025 se decide mediante un proceso de diálogo entre el gobierno, los sindicatos y los gremios empresariales. Este mecanismo, reglamentado por la ley, se lleva a cabo en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, creada según el artículo 56 de la Constitución Política. Si no se alcanza un consenso, la decisión final recae en el gobierno, que la establece a través de un decreto.
Durante estas discusiones, las partes analizan distintos puntos de vista relacionados con tres variables fundamentales:
- Inflación: Este indicador revela la variación de poder adquisitivo de los ingresos durante el año. Aunque el índice ha disminuido, esta mejora refleja un menor crecimiento económico. El gobierno estima que la inflación cierre el año en 5,2%.
- Productividad: El DANE se encarga de calcular la productividad laboral en el país. El dato correspondiente a este año aún no ha sido divulgado. En 2023, la productividad laboral por hora se ubicó en 0,76%. El método de medición de la productividad en Colombia ha sido objeto de constante debate en la Comisión de Concertación.
- Crecimiento económico: El comportamiento de la economía se mide con los reportes del DANE. Las cifras actuales reflejan una situación compleja. El crecimiento de la economía para 2024 se proyecta cercano al 2%, y solo hasta 2026 se espera que se normalice alrededor del crecimiento histórico de las últimas dos décadas de 3,6%.
Según la legislación vigente, el ajuste del salario mínimo 2025 debe basarse principalmente en estas variables. En la mesa de negociación participan el Gobierno, los sindicatos y los empresarios. Si no se logra un acuerdo antes del 15 de diciembre, el Gobierno tiene la facultad de decretar el aumento antes de finalizar el año.
Otros factores que influirán en la discusión
Los empresarios han expresado preocupación por el costo asociado a las reformas propuestas por el gobierno —laboral, pensional, de salud y al Sistema General de Participaciones (SGP)—, señalando que estas podrían afectar las finanzas de las empresas sin ser compensadas por las políticas de reactivación económica, como la Ley de Financiamiento, que pretende recaudar $12 billones.
Adicionalmente, factores como la inflación, las tasas de interés y la tasa de cambio generan incertidumbre en la estabilidad financiera del sector empresarial.
Otro punto de desencuentro está en las reformas del gobierno, mientras que algunos sectores de trabajadores han apoyado estas iniciativas gubernamentales, sectores empresariales critican aspectos como la falta de estudios de impacto de las reformas, la baja ejecución presupuestal, la corrupción y la inseguridad.
Sectores sindicales reclaman medidas complementarias
Históricamente, los derechos laborales en Colombia no han sido un regalo gubernamental, sino que han sido conquistados mediante luchas colectivas. Tradicionalmente, en el proceso de negociación, las propuestas del movimiento sindical han contemplado ajustes complementarios de política económica. Los ajustes de los precios de los bienes y servicios regulados, las prioridades presupuestales, la política comercial y monetaria y la metodología de medición de la productividad laboral son algunos de los temas incluídos en los acuerdos de los últimos años.
En este sentido, de acuerdo con los trabajadores el aumento del salario mínimo debe ir acompañado de controles efectivos al costo de vida, especialmente en bienes y servicios básicos, para garantizar un verdadero avance en la calidad de vida de los trabajadores, entre otros elementos.
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Timoteo Romero,miembro del comité ejecutivo de la CUT, afirma que “quienes compartimos la autonomía y la independencia en el movimiento sindical, llamamos a luchar por una cifra que sea lo suficiente para que los salarios no pierdan capacidad adquisitiva y que se apliquen controles efectivos sobre el costo de la canasta básica, como combustibles, gas, servicios públicos y alimentos esenciales, cuya posible alza podría encarecer significativamente la vida”.
Las pretensiones de los trabajadores no tendrán el impulso de negociaciones pasadas por cuenta de las discusiones al interior del movimiento sindical. Diógenes Orjuela destacó que los derechos laborales no se han obtenido como concesiones, sino mediante luchas constantes. Señala que en gobiernos anteriores, los incrementos salariales fueron fruto de la lucha unificada de los sindicatos, algo que no se ve actualmente. por lo que lamenta la pérdida de la vocación de negociación actual, calificándola como un problema grave para la clase trabajadora.
Termómetro para el gobierno del Cambio
La discusión sobre el Salario Mínimo 2025 es un momento decisivo para evaluar las prioridades del gobierno de Gustavo Petro y la capacidad de los trabajadores para organizarse y defender sus derechos. En un escenario de crecientes desigualdades, garantizar un salario que permita cubrir las necesidades básicas no debería ser un objetivo inalcanzable.