Por: Stefano Farné El Tiempo, 24 de diciembre de 2013
Las últimas estadísticas publicadas por el Dane nos dan cuenta de un desempleo en caída libre –la tasa nacional pasó de 8,9 a 7,8 por ciento en octubre– y unos precios al consumidor en noviembre también en descenso a una tasa de -0,22 por ciento.
Levante la mano el economista que considere razonable que cuando el desempleo se acerca a niveles históricamente moderados, como está pasando en Colombia, la inflación pueda ser negativa. Por el contrario, se piensa que existe una tasa de desempleo suficientemente baja –la tasa natural de desempleo– por debajo de la cual la inflación se acelera. De hecho, cuando el desempleo resulta particularmente bajo es porque la economía está operando a plena capacidad productiva y para las empresas conseguir recursos, incluido el trabajo, va a resultar siempre más difícil y costoso. En últimas, estos mayores costos se verán reflejados en mayores precios de los bienes.
Investigadores del Banco de la República y de prestigiosos centros privados de investigación concuerdan en considerar como “natural” para Colombia una tasa de desempleo de, al menos, un 10 por ciento. Así que, aunque si se considerara solo el desempleo urbano, que en octubre fue de 8,7 por ciento en las 13 principales ciudades del país, ya estaríamos por debajo de este valor “natural” y, por lo tanto, deberían esperarse unos precios al consumidor crecientes, y no decrecientes, como revelan las últimas encuestas.
Sería interesante, entonces, que el Gobierno Nacional, que tiene recursos y acceso privilegiado a la información estadística, nos dilucidara acerca de lo que está pasando en el mercado laboral. Y que nos ofrezca explicaciones que vayan más allá de las que se han presentado hasta ahora y que no son del todo convincentes y suficientes: la ley de formalización y generación de empleo, la ley de reforma tributaria o el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo.
Por ejemplo, ¿por qué un sector intensivo en capital como el financiero –que debería traer pocos beneficios de la reforma tributaria– está experimentando crecimientos ocupacionales espectaculares? Durante el último trimestre julio-septiembre, a cada dos empleos existentes en los establecimientos financieros se fue sumando un tercero, ya que la tasa de crecimiento interanual de la mano de obra en esta rama de actividad fue de 28,7 por ciento.
Asimismo, el empleo en el sector público se ha incrementado en cerca de 70.000 nuevas plazas de trabajo. Como es sabido, para él no se aplican las rebajas de parafiscalidad, de manera tal que estos nuevos funcionarios deben su empleo, más que a las reformas, a la proximidad de las jornadas electorales, las cuales estimulan la contratación de personal antes de que se congele la nómina pública.
Es también cierto que muchos colombianos han dejado de participar en el mercado laboral y han engrosado las filas de los inactivos. Su número disminuyó hasta agosto del 2012, pero desde aquel entonces los inactivos en edad de trabajar vienen incrementándose constantemente todos los meses.
Finalmente, los expertos tributaristas afirman que, efectivamente, muchos de sus clientes han tenido que contratar más trabajadores a raíz de la reforma tributaria. Lo curioso es que este aumento de la nómina no se debería a las rebajas en las cargas parafiscales, sino al mayor trabajo administrativo que los cambios reglamentarios han impuesto. Definitivamente, esta no es una consecuencia positiva de la reforma tributaria, a pesar de que contribuye a mejorar las cifras ocupacionales.
Observatorio del Mercado Laboral, Universidad Externado de Colombia