Por: Diego Otero Prada. Miembro de la Red por la Justicia Tributaria en Colombia.
Insulsa, tonta y peligrosa la posición del gobierno de Santos sobre el ultraje cometido al Presidente de Bolivia, Evo Morales. La declaración leída en la Cumbre de Cochabamba de UNASUR fue la peor de todas las delegaciones. Muy bien las posiciones de Ecuador, Venezuela, Argentina, Surinam, Uruguay y Brasil. Menos comprometedoras las de Perú y Chile, pero la de Colombia sí fue lamentable.
Las declaraciones dadas por la radio por parte de la Canciller el día viernes 5 de julio, del famoso apellido Holguín que tantas equivocaciones de límites y de soberanía ha causado a Colombia, refleja muy bien la posición del gobierno del conservador Santos de sometimiento a la OTAN y al jefe del imperio, los Estados Unidos. Dice que el problema es de Bolivia y no de Latinoamérica, que es un asunto que no debe afectar al resto de Latinoamérica, que hay que ser prudentes, que por favor no mortifiquemos a los países europeos porque ellos son muy buenas personas y nos pueden ayudar mucho. Casi que nos toca pedir excusas a los europeos.
Los cuatro países que impidieron sobrevolar sus espacios son miembros de la OTAN. El único en el cual podía aterrizar era Austria, país no miembro de la OTAN. Esta es la organización a la cual Santos desea pertenecer pero mientras tanto ha firmado un convenio de cooperación, una organización enemiga de los pueblos, que está al servicio de las potencias imperialistas y neocoloniales, y que ya dio una muestra de ello al atentar contra Evo Morales.
En lo que tiene que ver con Egipto, la posición de Colombia es la misma de su jefe, los Estados Unidos, no califica el cambio de gobierno en Egipto de golpe de Estado. Hay declaración de la cancillería que sigue la opinión del imperio, es decir, no condena el golpe sino que pide que, por favor, que se porten bien, que todo debe ser pacífico. Es decir, apoya en los hechos al golpe.
No me gustan los islamistas fundamentalistas, pero ellos ganaron las elecciones democráticamente, es la voluntad del pueblo y hay que respetarla. Sorprende, aunque ya nada sorprende de la OTAN y la Europa capitalista que hablan de democracia, de elecciones, de defensa de los derechos humanos, pero ya se sabe que es una estrategia para aplicarla a los gobiernos disidentes, pero con sus amigos se quedan callados, tales como los gobiernos feudales del Medio Oriente, Turquía y a los militares egipcios que son su clientela.
Triste el papel del gobierno colombiano, seguimos siendo el Caín de Latinoamérica, el peón del imperio, la cuña para bloquear la integración y la independencia de la región.
¿Hasta cuando el pueblo colombiano se levantará, impondrá la soberanía y la unión con Sur América, el repudio a las injerencias imperiales y un gobierno popular?
Cómo faltan indignados, pueblos luchadores como en Brasil, Chile, Ecuador, Turquía, Venezuela, Nicaragua, Cuba, Argentina.