LAS 2 ORILLAS febrero 23, 2015
Por: Mario Alejandro Valencia / @mariovalencia01
El Plan Nacional de Desarrollo (PND) de Santos, carta de navegación del país en el próximo cuatrienio, fue elaborado según los lineamientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, como lo reconoce el mismo gobierno. Tiene más de 44 artículos que se basan en sus recomendaciones, los cuales van desde reforma tributaria y pensional, pasando por agro, educación, información, infraestructura, licenciamiento ambiental y minería.
Por recomendaciones de la OCDE, Grecia realizó una serie de reformas para estimular la inversión extranjera y aumentar la participación del capital privado en diversos sectores económicos de la República Helénica: reforma tributaria para reducir cargas fiscales y reforma pensional para dar sostenibilidad financiera al sistema, regla fiscal más estricta, limites salariales, salario de primer empleo, flexibilización del mercado laboral y eliminación de barreras de protección, desregulación del sistema eléctrico para hacerlo más competitivo, entregándolo al manejo privado y abolir los límites para la privatización de empresas públicas, entre otras. En 2006, la OCDE había manifestado que mantener barreras que estorbaran el desarrollo del sector financiero y proveen muy poca protección a los inversionistas, resultaría en menor crecimiento económico. Sin embargo, para 2003 Grecia ya presentaba los niveles más altos entre los países de la OCDE en préstamos extranjeros como total del endeudamiento interno y para 2010 la deuda representaba el 170 % de su PIB. Aún así, el FMI siguió desembolsando préstamos y la OCDE insistiendo en medidas para reemplazar al Estado por negocios privados.
A pesar de la implementación juiciosa de las recomendaciones de la OCDE, en 2010 Grecia entró en cesación de pagos de la deuda y tuvo que acudir a la ‘troika’, quien obligó al país a implementar medidas de austeridad que terminaron de hundir su economía. Las consecuencias sociales no se hicieron esperar: tras los despidos masivos, la reducción de salarios y el cierre de empresas, con tasas de desempleo superiores al 27 % y entre los jóvenes de 54 %, hace pocas semanas el pueblo griego puso en el poder al movimiento de izquierda Syriza, liderado por Alexis Tsipras.
Tsipras ha prometido medidas alejadas de las recomendaciones tradicionales de la Comisión Europea, el FMI y la OCDE. Ya anunció el aumento del salario mínimo, frenó las privatizaciones y los desahucios de los hogares, y adoptó una fuerte posición soberana frente los planes de ajuste de la troika. El nuevo primer ministro ha advertido que “no chantajeamos, pero tampoco nos dejamos chantajear”.
Mientras esto ocurre en Grecia, Santos presentó en Colombia un PND que copia las medidas de la OCDE, causantes de la debacle económica en la nación europea y en buena parte del mundo. Este Plan es, en la práctica, la concreción de la entrega del Estado a los negocios privados. No hay una página del PND que no traiga una nueva concesión a las Alianzas Público Privadas: cesión de los derechos de propiedad intelectual, préstamos y subsidios a fondos privados con capitales públicos, participación privada en la financiación de la infraestructura educativa y la creación de un fondo para que, con los recursos provenientes de la venta de activos públicos (léase Isagén y Ecopetrol), se financie a los privados para construir carreteras.
Santos le apuesta a que el capital financiero reemplace al Estado. En Grecia el pueblo se movilizó y derrotó esas concepciones. En Colombia, desde los movimientos sociales ya se anuncian protestas contra el Plan. Se debe proponer un modelo que rescate a la producción agrícola e industrial y los servicios de alto valor, como principal fuente de progreso.