Ingreso de Colombia a la OCDE afectará a los trabajadores
Una de las últimas decisiones del ministro del Trabajo, Luis Eduardo Garzón, fue firmar un decreto que permite a las empresas contratar con terceros actividades propias de la función misional de las compañías. Esta decisión, contrataría a las políticas para mejorar la calidad del empleo, incrementará la informalidad laboral, hoy en niveles superiores al 50%.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el salario mínimo en Colombia solo alcanza para cubrir el 70% de las necesidades básicas de una familia pobre. Sin embargo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, un club de países ricos al que el gobierno de Santos aspira a ingresar, considera que el salario mínimo en Colombia es muy alto y se constituye en un obstáculo para generar empleo. Esta institución lleva años insistiendo en desmejorar las condiciones de los trabajadores para favorecer inversión extranjera en actividades de poco valor como las financieras y las mineras.
Algunas de las recomendaciones son:
- Reducir el salario mínimo, con el falso propósito de generar más empleo.
- Establecer un salario por edades. Entre los 18 a 25 años sería el 75% del salario mínimo.
- Reducir los costos no salariales en aportes a salud y cajas de compensación.
- Permitir pensiones por debajo del salario mínimo.
- Aumentar la edad de jubilación e igualar la de mujeres con la de hombres.
- Gravar los salarios y pensiones a partir de $1.500.000.
- Eliminar el régimen de prima media.
También el gobierno ha propuesto aumentar el IVA del 16 al 19%, subir del 5% al 10% el IVA a productos como las pastas alimenticias, el chocolate, el aceite y la mortadela, y cobrar IVA del 5% a la leche, huevos, arroz, maíz, libros internet y agua mineral.
Todas estas decisiones deterioran la calidad de vida de los trabajadores y se suman a las afectaciones que están teniendo por la implementación de los tratados de libre comercio, que ha significado la quiebra de cientos de empresas incapaces de resistir la competencia desleal de importaciones subsidiadas por países más ricos.
Es comprensible el clima de insatisfacción que se percibe en el movimiento social, que con las movilizaciones planteadas el 1 de mayo comenzará seguramente un ciclo de protestas.