Alfredo Camelo Bogotá
En su delirio por imponer el orden del saqueo, el desvertebramiento, la intervención y el rústico coloniaje sobre la inmensa mayoría de las naciones, Estados Unidos ha terminado por lanzar al mundo, incluyendo a su propia población, al laberinto del terror. En su demente carrera por someter a los países subdesarrollados a la apertura desindustrializadora, la potencia imperial depauperó y acorraló a los pueblos, sembrando enemistades por doquier. Y en su delirio expansivo se vio en la necesidad de dominar las principales fuentes y reservas de petróleo, para lo cual lanzó diversos ataques y dos guerras en los últimos 13 años contra países soberanos, aplicando estrategias de terror como las utilizadas desde la primera Guerra del Golfo en la que humilló, embargó, desarmó y hambreó a Irak, con el cálculo de sitiarlo y controlar su petróleo.
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