El analista económico, Eduardo Sarmiento comentó en este medio que lamentablemente con el TLC llegó la destrucción total para el país y aseguró que por más demanda que interponga Colombia con el acuerdo comercial, Washington no cederá frente a un negocio de su total conveniencia y en el que Colombia no se podía equivocar.
“Ahora nos quedan algunos contentillos como salvaguardias y tratamientos especiales que no lograrán reponer el terrible mal generado a los productores del campo”, anotó el investigador.
Para Sarmiento, la bomba social que está explotando con los paros y las marchas estaba en mora porque varios sectores sabían que saldrían muy perjudicados con una negociación que ya había mostrado garras y colmillos en México con el Nafta. “Quedó demostrado que el afán neoliberal de nada sirvió y que la apertura económica de 1999 fue una lección no aprendida. Tristemente los economistas que manejaron el país no cogieron vergüenza”.
Para Sarmiento la teoría aquella de las ventajas competitivas en un esquema de apertura es una total falacia porque las importaciones lo único que hacen es destruir la productividad y el empleo que son a la postre el gran activo de una nación.
“El país debe saber que con el TLC, Colombia sencillamente renuncia a la soberanía pues esos acuerdos generalmente están por encima de la misma Constitución. Aquí hay que recordar que el pez grande se come al chico”, apuntó.
Sarmiento criticó el manejo fiscal y comercial del país al decir que Colombia ha estado en manos de unos economistas confundidos, que no sabían del tema para darse el lujo de quebrar el país y luego decir mentiras. Expresó su preocupación por el desabastecimiento de alimentos y por la solidaridad que el reclamo ha suscitado.
“Lamentablemente estamos acudiendo a la hecatombe nacional, a una tragedia social anunciada desde finales de los noventa cuando se le advirtió al gobierno que estaba firmando la quiebra de la industria y sentenciando la posibilidad de empleo e inclusión. Hoy el Presidente Santos no puede mirar peyorativamente un escenario que puede significar más desventura y anarquía. La situación es muy grave”, concluyó.
Confidencial Colombia