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Todos somos Palestina

May 5, 2024

Aunque la primera enmienda de la constitución de los Estados Unidos diga lo contrario, la libertad de expresión está restringida al hablar del conflicto en la Franja de Gaza, nadie debería ser arrestado por protestar contra un genocidio.

Desde el 7 de octubre de 2023, el conflicto entre Palestina e Israel ha alcanzado nuevas dimensiones de tragedia y violencia después de los ataques terroristas de Hamas, condenables desde cualquier punto de vista, que cobraron la vida de 1.200 israelís y la toma de 240 rehenes.

Sin embargo, la respuesta desproporcionada y violenta al pueblo palestino en Gaza y Cisjordania, por parte del gobierno de Israel en cabeza de su Primer Ministro Netanyahu, evidencia que estamos presenciando un genocidio. Las cifras de víctimas palestinas son impactantes: 34.454 personas asesinadas, de ellas, 9.801 eran mujeres, 14.873 eran niños y niñas, 491 eran parte del personal médico y 141 eran periodistas. Hasta el momento hay 77.575 heridos y 7.000 desaparecidos, el 73% de los cuales son niños y mujeres. Se estima que los bombardeos del ejército de Israel han desplazado a 2 millones de palestinos. Y para completar, pueblos y ciudades arrasados: escuelas, universidades, mezquitas, Iglesias, viviendas, hospitales, y sitios arqueológicos y patrimoniales quedaron completamente destruidos.

Lo que comenzó el 7 de octubre de 2023, no es más que el recrudecimiento de la política colonizadora de Israel con la construcción de asentamientos ilegales en suelo palestino y la discriminación sistemática contra el pueblo palestino. Sin embargo, Israel no ha actuado solo, pues su larga y estrecha relación con los Estados Unidos, que incluye asistencia económica y militar de larga data y respaldo absoluto en todas las instancias diplomáticas internacionales, demuestra que su accionar está respaldado por la complicidad estadounidense, no solo del ejecutivo, sino también del legislativo, lo que ha producido la perpetuación del conflicto que ya tiene claras muestras de ser un genocidio.

El mundo entero está presenciando en vivo un genocidio gracias al poder de las redes sociales y del periodismo independiente. A su vez, las muestras de respaldo y solidaridad hacia Palestina van en aumento en todo el mundo, como también el rechazo y condena a los crímenes de guerra del ejército israelí y del gobierno de Netanyahu.

La única salida posible a esta atroz situación, además del cese al fuego, el retorno de la ayuda humanitaria, el retiro de las tropas del ejército israelí del territorio palestino y el retorno de los territorios ocupados, subsiste aún en el marco del derecho internacional: el reconocimiento de los dos estados (ver comunicado del partido Dignidad y Compromiso), es decir, garantizar la existencia de un estado israelí y otro palestino, que coexistan pacíficamente en los territorios que hoy incluyen a Israel, Gaza y la Ribera Occidental ocupada, asunto negado por décadas al pueblo palestino en cabeza de Israel y Estados Unidos que se han opuesto de manera sistemática a dicho reconocimiento.

Sin embargo, en los últimos días, Palestina ha contado con el beneplácito de varios países que han manifestado su decisión de reconocerla como Estado, reconocimiento que ya cuenta con el respaldo de 139 países que conforman la ONU.

Esta solución, además de darse en el terreno diplomático, ha sido acompañada por una potente solidaridad internacional; al respecto, se han contabilizado más de 8 mil manifestaciones por la causa palestina en por lo menos 850 ciudades del mundo durante los recientes siete meses. Particularmente, en los últimos días, ha crecido el descontento dentro de los Estados Unidos por el apoyo del gobierno Biden y el congreso norteamericano a Israel y Netanyahu.

Las protestas propalestina se tomaron las principales universidades en EE.UU. ante el silencio mediático de los grandes medios corporativos que pretenden silenciar los horrores de este conflicto. Dichas protestas comenzaron en días pasados cuando los estudiantes y profesores de las universidades de Columbia, Harvard, MIT y Emory acamparon en los campus universitarios exigiendo que sus escuelas condenen la ofensiva de Israel en Gaza y que desistan de invertir y recibir dinero de compañías e individuos que “se están beneficiando del genocidio”. Estas protestas propalestinas no muestran ninguna señal de desaceleración, por el contrario, las manifestaciones en contra de la guerra en Gaza se han extendido durante los últimos días a por lo menos unas 60 universidades: el movimiento propalestino ya está presente de costa a costa en los Estados Unidos.

Del mismo modo, en muchas universidades de todo el mundo (Francia, Canadá, Inglaterra, Australia, Alemania, Japón y España) han aparecido campamentos similares aumentando la presión sobre las instituciones académicas para protestar contra el genocidio perpetuado por Israel al pueblo palestino y exigir a sus instituciones que rompan relaciones con todas las empresas que mantienen algún lazo con Israel. Estamos presenciando un renacer de la lucha de la juventud norteamericana contra el exterminio genocida de la población Palestina, este podría ser el inicio de un nuevo movimiento antiguerra similar al que se originó como consecuencia de la guerra en Vietnam.

El mundo entero está presenciando en vivo un genocidio gracias al poder de las redes sociales y del periodismo independiente.

La respuesta de las autoridades policiales antes las protestas en las universidades norteamericanas han sido la represión del movimiento y el arresto sin ninguna justificación de estudiantes, profesores, líderes sociales y políticos como Jill Stein, candidata presidencial del Partido Verde de EE. UU. Aunque la primera enmienda de la constitución de los Estados Unidos diga lo contrario, la libertad de expresión está restringida al hablar del conflicto en la Franja de Gaza, nadie debería ser arrestado por protestar contra un genocidio.

Son de suma importancia las manifestaciones universitarias en Estados Unidos y en el mundo en defensa de Palestina, que es en últimas, defender la humanidad y la libertad de las personas. Una cosa cierta, el aumento de las protestas en las universidades en Estados Unidos muestran que el conflicto Palestina-Israel amenaza la reelección de Biden y más si la respuesta a estas es vía la represión. Cómo sucedió con el apartheid sudafricano, Israel dejará de ser una fuerza ocupante, genocida y colonialista solo cuando el gobierno norteamericano le retire su apoyo.

Colombia no debe ser ajena a las manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino, contra el genocidio perpetuado por el gobierno de Israel, por la concreción de la existencia de los Estados de Palestina e Israel independientes y soberanos, y por la paz en el medio oriente. Todos somos Palestina es la consigna que debemos enarbolar quienes desde diferentes escenarios y partes del mundo nos duele el despojo absoluto que está sufriendo el pueblo palestino, es un asunto de humanidad y solidaridad.

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