ABC, Madrid, agosto 24 de 2011. Leído en Tribuna Magisterial, septiembre 11 de 2011
El hallazgo en China de un fósil de 160 millones de años supone un hito en la comprensión de la evolución.
Se llama Juramaia sinensis –algo así como “la madre jurásica de China”- y habitó el noreste del gran país asiático hace 160 millones de años. Esta pequeña musaraña, cuyos restos han aparecido prácticamente intactos, puede ser, en palabras de los propios investigadores, la “bisabuela” de todos los mamíferos placentarios, aquellos que proporcionan alimento a sus crías aún no nacidas a través de la placenta y que suponen el 90% de todos los mamíferos de la Tierra, incluido, por supuesto, el ser humano. Según los investigadores, el fósil representa un nuevo hito en la evolución de los mamíferos, un hito importante que se alcanzó 35 millones de años antes de lo que se creía hasta el momento.
La investigación, dirigida por el paleontólogo Zhe-Xi Luo del Museo Carnegie de Historia Natural y que aparece publicada en la revista Nature, señala a la Juramaia como el primer fósil conocido de los euterios, el grupo que evolucionó para incluir a todos los mamíferos placentarios. La musaraña proporciona evidencias de la fecha en la que se separaron los mamíferos euterios de los otros mamíferos: los metaterios –cuyos descendientes son los marsupiales como los canguros- y los monotremas, como el ornitorrinco. “Juramaia es la bisabuela de todos los mamíferos placentarios que prosperan hoy en día”, dice Luo.
El fósil fue descubierto en la provincia de Liaoning, en el Noreste de China. Tiene un cráneo incompleto, parte del esqueleto y, lo que es más importante, impresiones de tejidos blandos residuales como el pelo. Aún más sorprendente fue el hallazgo de sus dientes completos y los huesos de las patas delanteras, que permitió a los paleontólogos situar al animal cerca de los mamíferos placentarios vivos, algo “crucial” para entender su evolución.
Capaz de subir a los árboles
Conocer cuándo una especie se dividió en dos linajes descendientes se encuentra entre la información más importante que puede tener un científico de la evolución. Antes del descubrimiento de esta musaraña, el punto de divergencia de los euterios de los metaterios planteaba un dilema. Las pruebas de ADN sugerían que los euterios habían aparecido hace unos 160 millones de años, pero no había evidencias fósiles tan antiguas. Juramaia viene a ocupar ese hueco.
La musaraña tenía unas características determinadas que pudo ayudarla a sobrevivir en el difícil ambiente del Jurásico. Sus extremidades anteriores estaban adaptadas para la escalada. Ya que la mayoría de los mamíferos del Jurásico vivían exclusivamente en el suelo, la capacidad de escapar por los árboles y explorar las copas podría haber permitido a estos mamíferos explotar una zona del entorno desconocida, lo que allanó su camino hacia el éxito.