Tu voto puede estar equivocado
Conoces a alguna persona que se levante a diario pensando: hoy deseo estar peor que ayer, que todo me salga mal, que la comida esté maluca, que el Transmilenio esté más lleno, que mi jefe me grite y mi profesor haga un quiz sorpresa. Sería extraño, ¿verdad?
Al contrario, siempre despertamos con la esperanza de que las cosas mejoren: que nuestro equipo de fútbol gane, tener más tiempo para dedicar a la familia, que el sueldo alcance para darnos un gustico con los amigos. Lo natural es siempre querer vivir mejor.
¿Es posible un día levantarnos en nuestro país y estar mejor? ¿sólo encontrar buenas noticias? Como si algo pasara de repente y los recibos de los servicios ya se hubieran pagado, el crédito del Icetex haya sido pesadilla y las EPS un mal chiste, que en la mesa abunden los alimentos y estemos felices de ir al trabajo. La buena noticias es que sí es posible; la mala es que no va a pasar por arte de magia.
Otros países hallaron la forma de mejor la calidad de vida de sus habitantes. ¿Cómo lo hicieron? ¿Por qué ellos sí pudieron y nosotros no? La respuesta es sencilla: no tuvieron más suerte que nosotros, pero sí trabajaron mucho más para que sus ciudadanos y dirigentes tomaran decisiones correctas para el beneficio de la mayoría.
Nosotros también podemos hacerlo. Es posible ofrecer un mejor futuro a nuestros hijos, a nuestros nietos. Estamos inmersos en tantos problemas cotidianos y personales, que rara vez dedicamos un poquito de nuestro tiempo para pensar qué podemos hacer para cambiar las cosas.
El día tiene 1.440 minutos. Si los colombianos dedicáramos -al menos- el 1% del día, 14 minutos y medio, para pensar y actuar por un futuro mejor para todos, el país cambiaría positivamente.
El domingo 9 de marzo, vamos a votar por las personas que votarán por nosotros durante 4 años. Esas personas van a decidir nuestro futuro.
¿Quieres tener un trabajo de calidad, bien remunerado, en el que te sientas a gusto, que te permita sacar adelante a tu familia? Entonces ¿por qué sigues votando por las mismas personas que te condenan a una vida de necesidades y angustias, que conducen al país al atraso y al subdesarrollo con los TLC?
¿Ya sabes cómo votó tu congresista por ti en los TLC? Es hora de que votes por quienes realmente te representan. Estas a tiempo de usar la inteligencia electoral para escoger bien.