Empeoran exportaciones no tradicionales a causa de oro más barato, por menor nerviosismo internacional.
Durante buen tiempo, la caída de las exportaciones se ha atribuido a la debilidad de las economías del exterior, pero ahora cierto alivio que las grandes economías han tenido este año en sus crisis, estancamientos o desaceleración terminaron ayudando a las exportaciones colombianas… a caer.
Detrás de las disminuciones de los grandes productos tradicionales, como el petróleo, el carbón o el café, las exportaciones no tradicionales colombianas disminuyeron 4 por ciento hasta octubre, y solamente en este último mes aceleraron su caída a 13,4 por ciento. Así, las ventas no tradicionales cayeron más que el total, que bajó 11 por ciento, según el Dane.
Los grandes responsables de esta disminución, de 598 millones de dólares hasta octubre, son el oro y las esmeraldas, pues si se quitan, el resto de exportaciones no tradicionales solo caen 1,6 por ciento en octubre y, en lo corrido de año, alcanzan incluso a crecer 2,3 por ciento.
La paradoja es que el principal factor que hunde el valor de las ventas de oro es su precio, pues al ceder el nerviosismo en el mundo ha visto bajar su cotización.
Este año, la economía europea interrumpió su caída, se ha visto algo de reactivación en Estados Unidos, y no ha habido un duro aterrizaje chino. De tal manera, el oro, que con el impulso de la incertidumbre mundial llegó a 1.875 dólares por onza, en agosto del 2011, ha perdido este año casi 500 dólares por onza en su precio, y se negocia alrededor de 1.235 dólares.
En suma, la reducción de las exportaciones no tradicionales recae en lo que el Dane denomina oro no monetario y, en mucho menor medida, en otros productos, como azúcares de caña o remolacha, banano, maquinaria, vehículos de carretera y manufacturas de caucho.
Entre enero y octubre, el conjunto de las exportaciones no tradicionales sumó 14.352 millones de dólares, 4 por ciento menos que en igual periodo del año pasado.
Con la zambullida del precio del oro del 25 por ciento en lo corrido del año, el metal se acerca a una franja en la que, para muchas empresas, la explotación del mineral no resulta rentable, salvo que, como lo señaló una compañía fundidora que opera en Antioquia, dieran unos verdaderos saltos en la productividad de la explotación.