La economía colombiana se sostiene con el endeudamiento. La deuda externa llegó a máximos históricos y los hogares financian buena parte de su consumo con crédito. Sin embargo, las condiciones para endeudarse no son las mejores; por ejemplo, las empresas colombianas pagan tasas de interés más altas que sus pares en la región.
Un país adicto a la deuda externa
Deuda Externa Pública y Privada como porcentaje del PIB.
Fuente: elaboración propia con datos del Banco de la República. Última actualización 15/03/2023.
La deuda externa tocó techo en 2020 al representar el 57% del PIB, más del doble del nivel registrado una década atrás. Tras la reactivación la economía cerró el 2022 con un nivel equivalente a 53,4% del PIB, un 24% mayor al nivel de 2019 y un 150% más que el de 2012. La relación entre la deuda externa pública y privada se mantiene estable desde hace una década, en torno a un 60/40. En 2020 el endeudamiento externo privado se contrajo un 0,46% por cuenta de la pandemia; con la reactivación de la economía creció 6,75% en 2021 y 15,3% en 2022. El endeudamiento externo público invirtió su tendencia, en 2022 apenas creció 2,2%, tras dos años con crecimiento de 22% (2020) y 14% (2021). El crecimiento acelerado de la deuda afecta el gasto público y es un limitante para el cumplimiento del programa de gastos propuesto por el actual Gobierno. El servicio de la deuda representa alrededor de un 20% del Presupuesto General de la Nación, actualmente más de 70 billones de pesos.
Para las empresas es caro endeudarse
El costo del crédito para empresas en Colombia es alto en comparación con otros países. Según datos de los bancos centrales, la tasa promedio de interés en Colombia para préstamos empresariales es del 20.40% , mientras que en países como Chile y México, las tasas promedio son del 16.61% y 12,35%. Estos altos costos del crédito pueden afectar la competitividad de las empresas y limitar su capacidad para crecer y expandirse. La tasa de colocación para créditos corporativos está determinada por la política macroeconómica que aumenta la tasa de interés como medida para controlar la inflación.
El consumo de los hogares se financia con deuda
El uso de tarjetas de crédito por parte de las personas naturales ha tenido una tendencia creciente en los últimos siete años. A partir del primer trimestre de 2020 hubo una caída en el saldo de las tarjetas de crédito debido a la pandemia. En el primer trimestre de 2022 se superó el bache. El endeudamiento de personas naturales con tarjetas de crédito muestra un aumento más acelerado que antes de la pandemia. Lo cual significa que buena parte del consumo de los hogares tras la reactivación económica se está basando en el crédito. La reciente reducción selectiva de la tasa de interés de las tarjetas de crédito que hicieron varios bancos permite suponer que se mantendrá el crecimiento del uso de las mismas. Se puede esperar que se siga incrementando la demanda local de bienes y servicios.
La perspectiva de un aumento de las deudas de los hogares, del sector público y de las empresas puede incubar una crisis si los ingresos de los habitantes y de las empresas no crecen en la misma proporción. Ya la inflación se comió el aumento salarial y no se ven síntomas de recuperación empresarial.
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