El Acuerdo UE Mercosur, promete impulsar exportaciones agroindustriales y minerales, pero prende las alarmas en sectores clave. En el Mercosur, la industria automotriz y la producción agropecuaria están en riesgos económicos, mientras que en Europa, agricultores denuncian estándares desiguales que podrían afectar su competitividad.
Un acuerdo tras 25 años de negociaciones
El Acuerdo UE Mercosur, alcanzado en 65ª cumbre del Mercosur en Montevideo, Uruguay cierra un proceso de negociación que se extendió por más de dos décadas, influido por desacuerdos entre las partes y revisiones solicitadas, principalmente por Brasil.
Para su ratificación, el acuerdo requiere la aprobación del Consejo Europeo y de los países miembros de la Unión Europea, lo que podría retrasar su entrada en vigor debido a las críticas internas.
Europa: divisiones entre aliados y opositores
El acuerdo no ha logrado unificar las opiniones dentro de Europa. Alemania y España apoyan el pacto por el potencial que representa para sus exportaciones, mientras que Francia, Italia Países Bajos, Polonia, Bélgica y Austria lo consideran un riesgo para sectores agrícolas. Los agricultores franceses han cuestionado los estándares de producción del Mercosur, asegurando que no se alinean con las regulaciones ambientales y sanitarias europeas.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha expresado su preocupación por el impacto del acuerdo en la agricultura local, sumándose a otros líderes que buscan proteger sus economías nacionales.
Beneficios y riesgos para Mercosur
Brasil y Argentina serían los principales beneficiados del acuerdo, especialmente en el sector agroindustrial y las exportaciones de minerales en bloque. La eliminación progresiva de aranceles permitirá que productos como carne y granos tengan mayor acceso al mercado europeo, consolidando a ambos países como potencias exportadoras en este sector.
Sin embargo, hay sectores dentro del Mercosur que perciben el acuerdo como una amenaza. En Argentina, por ejemplo, se teme que la reducción de aranceles podría perjudicar a la industria automotriz, Según analistas, la disminución inmediata de estos aranceles, seguida de su eliminación completa en un plazo de cinco años, podría traducirse en la pérdida de hasta 180.000 empleos en Argentina debido a la competencia directa con productos europeos.
La estrategia brasileña
Brasil busca diversificar sus mercados internacionales y reducir la dependencia comercial de China, que representa el 32 % de sus exportaciones actuales. Además, confía en que el acuerdo atraiga nuevas inversiones extranjeras en sectores como el farmacéutico, que gozará de protecciones específicas bajo este acuerdo.
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Perspectivas europeas
Para la Unión Europea, el acuerdo representa una oportunidad de fortalecer sus relaciones comerciales en Sudamérica y enfrentar la creciente competencia de otras potencias como China. Úrsula Von der Leyen indicó que cerca de 60.000 empresas europeas que realizan exportaciones hacia el Mercosur podrían beneficiarse con un ahorro aproximado de EUR $4.000 millones debido a la reducción de aranceles.
En el caso de la industria automotriz, la Unión Europea obtendría ventajas con la reducción de los aranceles a los vehículos que exporta, actualmente fijados en un 35% en Brasil.
A pesar de los posibles beneficios, también surgen dudas sobre cómo el Mercosur podrá cumplir con los estrictos estándares ambientales europeos, un tema que ha generado tensiones entre ambos bloques.
Retos dentro del Mercosur
En el Mercosur, las tensiones políticas entre Brasil y Argentina dificultan una postura unificada frente al acuerdo. Aunque el acuerdo podría fomentar una mayor cooperación regional, las diferencias internas complican el logro de este objetivo.
Los analistas han advertido que superar estas divisiones será crucial para que el bloque sudamericano pueda aprovechar plenamente los beneficios del acuerdo.
Minerales y sostenibilidad
Uno de los elementos más destacados del acuerdo es el acceso prioritario de Europa a minerales como cobre, aluminio, acero y a recursos minerales esenciales provenientes de Brasil, como niobio y manganeso.
Estos materiales son indispensables para los planes de transición energética europeos y refuerzan la importancia de los recursos sudamericanos en el mercado global.
Según la investigadora argentina Luciana Giotto, “Las recientes políticas ambientales de la Unión Europea, como el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM) y la Ley de Deforestación, han generado protestas entre los agroexportadores del Mercosur.
En respuesta, la UE ofreció un denominado ‘mecanismo de reequilibrio’ para los países de este bloque. Sin embargo, aunque el Mercosur había solicitado una compensación de 12.500 millones de euros para mitigar las consecuencias de estas normativas, esta petición no fue aceptada”.
Mirando al futuro
En el ámbito de las compras estatales, la inversión y la eliminación de aranceles, El Acuerdo UE Mercosur sigue una línea de política comercial que amenaza tanto a los países del Mercosur como a los agricultores europeos. Aunque aún quedan numerosos procedimientos para que entre en vigor, para una Unión Europea que enfrenta un proceso de desindustrialización creciente, podría ser una oportunidad para revitalizar sus exportaciones manufactureras.
En el caso del Mercosur, se evidencia el predominio de los intereses de los grandes agroexportadores, incluso si esto implica comprometer sectores clave de la industria local y la producción campesina de pequeña escala.