La informalidad en Colombia cede muy poco y entre marzo-mayo fue de un 56,7 %, un porcentaje levemente menor al mismo periodo del 2022 que fue del 58,1 %, una disminución de 1,4 puntos porcentuales.
En las 13 ciudades y áreas metropolitanas más importantes del país, la informalidad fue de 41,9 % y en el caso de los centros poblados y las áreas rurales el porcentaje fue del 84 %.
En el caso de los hombres la informalidad golpeo al 59 % y en las mujeres fue del 53,3 %.
La gran mayoría de los informales no cotiza al sistema de pensiones, ni de salud y los que lo hacen no alcanzan a completar el número de semanas para obtener la pensión, lo cual no asegura una protección para la vejez y lleva a elevar índices de pobreza en la población de tercera edad.
El problema del empleo en Colombia es estructural
Varios estudios han demostrado que el problema del empleo en Colombia es estructural, el país depende de la explotación y la exportación de materias primas lo que no genera los suficientes empleos ni encadenamientos productivos. A lo anterior se suma que el aparato productivo se ha estancado y en las tres últimas décadas la flexibilización laboral ha impulsado empleos inestables, sin seguridad social y donde el empleador no tiene poca o ninguna responsabilidad.
La provisión de servicios de movilidad, domicilios y trabajo remoto por medio de plataformas virtuales, las cuales no tienen ningún tipo de reglamentación, han impulsado aún más la informalidad en Colombia.
Mientras no se desarrollen políticas que realmente cambien la estructura actual, que fortalezcan aparato productivo y fomenten la industrialización y el desarrollo del agro, Colombia seguirá siendo uno de los países con altas cifras de informalidad.
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