Por Helen Alexa Montenegro Rojas – asistente de Investigaciones y asuntos de Género de Cedetrabajo.
Como cada 8 de marzo, este miércoles se conmemora el Día Internacional de la Mujer, lo que se hace de manera oficial desde 1975 por declaración de las Naciones Unidas. Durante esta jornada, millones de personas alrededor del mundo se movilizan para recordar que todavía hay camino por recorrer en la búsqueda de equidad para las mujeres en materia cultural, política y económica. Sin embargo, su origen ha sido el fruto de las diversas reivindicaciones y conquistas alcanzadas en los más de cien años de organización de las mujeres.
Entre las demandas que históricamente el movimiento ha sostenido, se ha reclamado igualdad en las condiciones de ciudadanía, acceso a trabajo digno, abolición de la explotación basada en género, legislación para la protección de la mujer, garantía del derecho al voto y defensa contra diversas formas de violencia física, psicológica y económica, entre las más visibles. Estas demandas favorecieron una acción colectiva que desembocó en una oleada organizativa que permitió avances sustanciales en materia de derechos.
En la actualidad, en el contexto colombiano el 8 de marzo más que una fiesta es una oportunidad de visibilizar el panorama de las mujeres, celebrar los derechos ganados y exigir los que aún faltan por ganar. Hoy, las mujeres siguen enfrentando barreras estructurales, Aunque el DANE afirma que 2023 es el año de la recuperación económica para las mujeres, especialmente en lo referente al acceso a los puestos de trabajo pues los datos muestran un panorama preliminarmente alentador: la brecha de desempleo entre hombres y mujeres pasó de 5,8 % en el 2021 a 4,5 % en el 2022, evidenciando una disminución de la brecha ocupacional, vale recordar que las actividades económicas en las cuales se emplean las mujeres siguen siendo mal remuneradas, con altos índices de informalidad y débiles en la generación de valor agregado.
¿Qué podemos esperar del Gobierno colombiano actual en materia de políticas públicas con enfoque de género? En el poco menos de un año del gobierno de Gustavo Petro y teniendo en cuenta su Plan Nacional de Desarrollo, la política de empleo para las mujeres se encuentra en stand by por dos razones: primera, porque el Ministerio de la Igualdad -propuesta de campaña del gobierno entrante- desde el cual se agenciarían varias de las “transformaciones” necesarias para el mercado laboral de las mujeres, ni siquiera se ha constituido; segundo, porque en términos de empleabilidad, se evidencia una marcada apuesta por el fomento del emprendimiento, una respuesta insuficiente para fortalecer la autonomía económica de las mujeres y que, a todas luces, no se traduce en empleo digno y formal.
Finalmente, vale la pena hablar del artículo 57 del PND -Fondo Mujer Emprende-, “el único instrumento de política pública para el empoderamiento económico de las mujeres que tiene el país”, en el cual se captan y dirigen los recursos para los proyectos de empoderamiento económico, que cuenta con recursos en riesgo de ser reasignados de acuerdo con las necesidades de la regla fiscal. De hecho, el Gobierno ha expresado públicamente que, en caso de tener que hacer ajustes a la asignación presupuestal, los recursos de este Fondo serían de los primeros en ser recortados. Teniendo en cuenta que el 61% del tejido empresarial es liderado por mujeres, es urgente que se aplique una tarifa diferencial en la tributación a las pequeñas y medianas empresas.
Sigue siendo menester que el Gobierno asuma de manera concreta las necesidades de las mujeres con el diseño e implementación de políticas públicas respaldadas con los recursos necesarios para su ejecución. Asimismo, fortalecer el aparato productivo del país, y empezar los procesos de renegociación de los TLC vigentes para que se establezcan mecanismos de protección a la producción nacional, lo cual permitirá la creación de nuevos puestos de empleo digno y favorecerá el ingreso de las familias. El movimiento de mujeres sigue articulándose para exigir políticas de protección social, de manera que sea más fácil para ellas acceder y participar de los sectores de producción nacional con mayor agregado y la implementación integral de un Sistema Nacional de Cuidado.
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