Después de 32 meses consecutivos de aumentos en el nivel de precios en agosto de 2016 se presentó una leve reducción de 0,32%, que no compensa las alzas sistemáticas. Pero ¿por qué está cayendo la inflación?
Hay dos factores externos que influyen en esta situación:
- En Estados Unidos, el empleo creció menos de lo esperado, con apenas 151.000 nuevos empleos, cifra inferior a los 275.000 que se proyectaban para el mes, por lo que se espera que la Reserva Federal (FED) no aumente de nuevo la tasa de interés.
- Hay perspectivas de que el precio del petróleo aumente en los próximos días, por lo que habrá una mayor cantidad de dólares circulando en la economía.
Estos hechos muestran que al país lo está favoreciendo, por ahora, la coyuntura, pero internamente las cosas no funcionan bien.
Uno de los factores que han lesionado la capacidad de consumo de los hogares colombianos es el del aumento en la tasa de interés por parte del Banco de la República, que pasó durante 2016 de 6% a 7,75%; además, el Gobierno Nacional pretende recortar el gasto real de los colombianos con el aumento de impuestos a partir de 2017.
Esta política del Banco de la República y el gobierno están logrando los objetivos propuestos: bajar la inflación, pero ahogando la economía, generando más crisis económica. Así, la inflación está bajando no porque haya estabilidad macroeconómica, sino porque la gente está comiendo menos, se está vistiendo menos, se está transportando menos, está comprando menos casas. Ejemplo de ello es el sector de la construcción que pasó de crecer un 7,8% en el segundo trimestre de 2015, a tan solo 1% para el mismo periodo de este año, mientras que el consumo de los hogares presentó su peor crecimiento para el primer semestre desde el año 2009, ya que tan solo creció un 3,1%, cifra inferior al crecimiento del primer semestre de 2015 cuando creció un 4,2% y mucho peor cuando se compara con los resultados de 2011 cuando creció un 6% para el mismo periodo de análisis.
Otras consecuencias de la situación económica actual es el aumento en el valor de la morosidad de los colombianos, que a junio de 2016 creció un 11% comparado con el mismo mes del año 2015; el débil crecimiento de la economía que durante el segundo trimestre de 2016 apenas fue de 2%, cuando las proyecciones del gobierno en su momento indicaban un crecimiento superior al 3%; el agro decreció un 0,1% para el segundo trimestre de 2016; y, finalmente la industria que a pesar de reportar un crecimiento de 6% para el segundo trimestre, la realidad es que 19 de sus 24 subsectores crecieron por debajo de esta cifra, en realidad el crecimiento está jalonado principalmente por la refinación, que creció un 28,8%, pero las cifras de empleo desmejoran para el sector, que en el trimestre mayo-julio perdió 30.000 empleos.
Esta realidad demuestra que las llamadas medidas ‘contracíclicas’ emprendidas no van más allá de la simple restricción al consumo trayendo como resultado un pobre crecimiento económico, pero también un empeoramiento en las condiciones de vida de los colombianos.
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