El Fox River, en los Estados Unidos; el Rin, que atraviesa varios países de Europa, el Sena en Paris y muchos otros cursos de agua que sufrieron la contaminación durante décadas empiezan a lucir mejor gracias al saneamiento mediante grandes proyectos ligados a políticas públicas de largo aliento.[1]
Grandes ciudades europeas y norteamericanas padecieron por largos años la contaminación de sus ríos[2], y solo pudieron sanearlos merced a su pujante desarrollo capitalista con su consecuente producción de riqueza y ahorro interno en manos estatales[3]. Esta no parece ser la suerte del río Bogotá dado las escuálidas fuerzas productivas de Colombia que hoy padecen un retroceso con desindustrialización y desagriculturización, paralelo a la disminución del tamaño del Estado, dictada por el Consenso de Washington.[4] Su suerte parece inclinarse por la deuda pública, mecanismo de extorsión por excelencia adoptado por el capital financiero originario de los países donde el capitalismo da muestras de su senectud y descomposición, bajo cuya coyunda han perecido y padecen las naciones que han perdido su soberanía económica, política y financiera.
De allí que el BM y el FMI, ya asoman sus narices con sus préstamos condicionados para las grandes inversiones que requiere la descontaminación del río Bogotá. Entrometiéndose en el Sistema Nacional Ambiental y el manejo de los cuantiosos recursos a invertir para la descontaminación, dictando políticas que garanticen el pago de sus préstamos con intereses usureros.
A ello obedece, en lo fundamental, el fallo del Consejo de Estado de 2014, donde aparece en consideración la fiducia como mecanismo de administrar los recursos, con cobro de tarifa, además de toda su reglamentación para sacarle provecho a estos recursos públicos, en el casino de la especulación y la usura.
El fallo señala a la totalidad de los entes estatales para que coloquen sus recursos y exonera de esta carga a la inversión extranjera que incursionó con la privatización de la EEB y hoy utiliza las aguas del río Bogotá para la generación de energía, ocasionando grandes problemas al bombear a la represa del Muña las aguas contaminadas, EMGESA[5] filial de ENDESA[6] es eximida de dichas inversiones para descontaminar el río, pese a que es la principal beneficiaria del proyecto , tal como está concebido, y que controla los embalses que hoy regulan su caudal. De hecho, lo tiene privatizado.
Por el contrario se condena a los 42 municipios de la cuenca del río incluyendo a Bogotá D.C., a la EAAB, a la Secretaría de Ambiente del Distrito Capital, al Ministerio, a la CAR, entre otras. Y se apunta certeramente a que el pago de los créditos se garantice vía tarifa esquilmando aún más a los usuarios del acueducto y alcantarillado a los que ahora se le suma el pago de la Planta de Tratamiento de las Aguas Residuales –PTAR-, haciendo uso del artículo 365 de la CP del 91 y de la Ley 142 de 1994 con toda su maraña de reglamentaciones ajustadas, de manera calculada y sínica, a los intereses del gran capital financiero que impuso la privatización de los servicios públicos domiciliarios, y adecuó el marco constitucional y legal para ello.
Magnitud de las inversiones y sus negocios.
En los diferentes países las inversiones han sido y serán cuantiosas, por lo general en cabeza del Estado[7]. Las inversiones que aportan los entes públicos mencionados, provenientes de tarifas e impuestos, se calculan para el período, 2014 a 2040, alrededor de los 6 billones de pesos, pero todo indica que puede ser mayor. Ya están en ejecución créditos del BM en el denominado proyecto de adecuación hidráulica y recuperación ambiental del río Bogotá, en cabeza de la CAR a través del FIAB o Fondo de Inversiones del Río Bogotá. Por otro lado la EAAB ha acometido grandes inversiones para la construcción de los ductos para canalizar las aguas residuales y llevarlas a PTAR del Salitre[8] que se ampliará y a la PTAR de Canoas por construir. Atravesado por pleitos jurídicos donde EMGESA, además de exonerarse de inversiones para la descontaminación manipula las obras de infraestructura de tal manera que le garanticen mayor generación de energía eléctrica, y que las aguas se descontaminen con recursos públicos y privados colombianos.
Bogotá, los pobladores del altiplano y Colombia han de librar la batalla para que no sean asfixiados vía impuestos y tarifas[9] con el fin de garantizarles el oportuno y cumplido pago del servicio de la deuda además de darle ganancias a la principal beneficiaria de las aguas del río Bogotá, como lo es EMGESA. Con mecanismos como los subsidios financiados con impuestos para cubrir las deficiencias de inmensos sectores de la población que literalmente no tienen con qué pagar la tarifa plena con los márgenes de ganancia exigidos por privatizadores, ya que han sido menguados en sus condiciones de vida por la quiebra de la producción y la eliminación o desmejoramiento del empleo público y privado.
Una necesidad sentida de los bogotanos convertida en oportunidad de negocio del capital financiero, similar a lo que está ocurriendo con la salud, la vivienda y la educación donde primero está la ganancia esquilmando a los usuarios y al Estado antes que la solución de las más básicas necesidades sociales de los colombianos, todo para postrar a la nación ante el altar del capital financiero trasnacional convertido en el ídolo de nuestros gobernantes cipayos con sus dogmas neoliberales como la seguridad inversionista reclamada por sus amos.
Oliverio Castillo Burbano
Fiscal de la Asociación de Servidores Públicos de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca –ASERCAR.
Bogotá D.C. 05/02/2015 – 3114929166 – oliveriocastillo53@gmail.com –
[1] El Támesis respira de nuevo Publicado el 19.07.09 por Laura Rocha en http://blogs.lanacion.com.ar/ecologico/el-ambiente-en-general/el-tamesis-respira-de-nuevo/).
[2] «…Así, en 1848 el Támesis era la fuente de todo un escándalo público, los quebrantos de salud a causa del cólera eran comunes y la tasa de mortalidad ascendía aproximadamente a 2.000 londinenses por semana. (…) Hacia 1858 el mal aspecto y la hediondez del río llegaron a tal punto que se convirtió en un imposible logístico continuar las sesiones en las instalaciones del parlamento inglés”. Ibid.
[3] Hoy la agencia opera con ingresos cercanos a los 800 millones de euros anuales. En París, en la factura por el servicio de agua, el precio promedio del metro cúbico es de 10.000 pesos colombianos, y de esos $ 1.200 son para la financiación de la agencia. http://www.eltiempo.com/bogota/recuperacion-del-rio-bogota/14937426
[4] El término Consenso de Washington fue acuñado en 1989 por el economista John Williamson para describir un conjunto de diez fórmulas relativamente específicas el cual consideró que constituía el paquete de reformas «estándar» para los países en desarrollo azotados por la crisis, según las instituciones bajo la órbita de Washington, D.C. como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. ( … ) más ampliamente se entiende como los dogmas neoliberales al servicio del gran capital financiero trasnacional. http://es.wikipedia.org/wiki/Consenso_de_Washington
[5] Existen dos cadenas de generación hidroeléctrica, hoy propiedad de EMGESA, que aprovechan la caída de cerca de 2.100 metros que existe entre la Sabana de Bogotá y la parte baja de la Cuenca. La primera cadena toma las aguas directamente del Río Bogotá y está compuesta por cinco plantas menores en serie (i.e. Charquito, San Antonio, Tequendama, Limonar y La Tiula) con una capacidad total de 95,6 MW. Esta cadena no opera regularmente, pero es importante contar con la disponibilidad de estas unidades para asegurar el suministro eléctrico por razones técnicas. La segunda cadena tiene una capacidad de 600 MW que inicia con el bombeo de agua del Río Bogotá al Embalse del Muña, y de allí descarga por tubería y túneles hasta las plantas El Paraíso y La Guaca, localizadas en el Municipio de El Colegio. La capacidad hidráulica total del sistema es de 75 m3/s, sin embargo, el caudal medio del río en Alicachín es de 28,5 m3/s, por lo cual, sólo durante cortos períodos de aguas altas el sistema puede ser utilizado plenamente. Es de anotar que el alto impacto de este sistema de generación en la reducción de la vulnerabilidad energética de la región, incluida la capital del país, justifica la necesidad de continuar con el bombeo de las aguas del río al Embalse del Muña. (CONPES 3320 DE 2004, pág. 10).
[6] Endesa, aunque actualmente está controlada por la empresa italiana Enel, que tiene un 92% de sus acciones, es un símbolo del poder económico de la oligarquía española. Si hacemos una radiografía histórica de su personal directivo, nos encontramos con la continuidad de las fortunas del franquismo y con la denominada puerta giratoria entre el mundo de la política y el de la empresa. El marqués de Suanzes, Rodolfo Martín Villa, Manuel Pizarro, la familia Entrecanales, Miquel Roca o el ex-presidente José María Aznar son algunos ejemplos. http://www.peaceobservatory.org/1056323852/endesa-negocios-despojo-y-represion-en-colombia
[7] Argentina: Según las cifras brindadas por el directivo limpiar cada km cuesta en el mercado mundial unos 22 millones de dólares (…) A principios de 2010 llega un crédito del Banco Mundial para el saneamiento del Riachuelo. Son 840 millones de dólares, pero el dragado no está incluido en este programa. Aunque habrá una segunda etapa. No importa con qué tecnología, pero será posible alguna vez informar, como ocurre con el Támesis, que el Riachuelo volvió a vivir. ROCHA, op.cit. http://blogs.lanacion.com.ar/ecologico/el-ambiente-en-general/el-tamesis-respira-de-nuevo/).
[8] PTAR Salitre: El director de la CAR, Alfred Ballesteros, aseguró que “se trata de una inversión de 400 millones de dólares que nos va a permitir que las aguas del río Bogotá en realidad se descontaminen, por lo menos hasta el municipio de Soacha, hasta que el Distrito construya la PTAR Canoas. http://www.caracol.com.co/noticias/bogota/este-ano-iniciaria-adecuacion-a-planta-de-tratamiento-de-aguas-de-salitre/20150108/nota/2579460.aspx
[9] Incorporación de los costos de alcantarillado en las tarifas: en aplicación de la nueva metodología tarifaria, expedida por la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico – CRA –23, las empresas de acueducto y alcantarillado podrán incorporar los costos de administración, operación y mantenimiento, las inversiones previstas en el PSMV, incluyendo los sistemas de tratamiento de aguas residuales. Lo anterior, acompañado del criterio de solidaridad y redistribución del ingreso, permitirá que los usuarios contribuyan a la financiación de las acciones requeridas. (…) los municipios habrán incorporado los costos de operación y mantenimiento en las tarifas.
CONPES 3320, Pág. 21 y 24.